Nada sorprendente a nivel doméstico si reseñamos que en los últimos años, en lugar de generar políticas públicas para crear más fuentes de trabajo, más bien se ha estado atentando contra las ya existentes, mientras le daban el "tiro de gracia" a los incentivos que atraen a la inversión extranjera y nacional al país.

Un reciente estudio de la Cepal destacó que mientras cuatro países de la subregión, Costa Rica, Guatemala, Nicaragua y la República Dominicana lograron registrar una reducción de la tasa de desempleo abierto, Honduras y Panamá mostraron incrementos en sus respectivas tasas de desempleo, mientras que en El Salvador no había habido variaciones.

¿Qué nos dice eso? Que se ha estado haciendo poco o casi nada en la generación de ambientes propicios para atraer inversión qué es la abre nuevas oportunidades y plazas de trabajo.

De nueva cuenta este año, Honduras no alcanzará los 800 millones de dólares en inversión extra regional, a diferencia de países como Costa Rica, que con crecimiento en IED del 69 por ciento en relación al año 2022, cerrará este 2023 con más de tres mil 500 millones de dólares, contantes y sonantes.

Se siguen haciendo las cosas mal y por eso no somos un país un país atractivo en la región a la Inversión Extranjera Directa.

El Poder Ejecutivo sigue empecinado en que el Congreso Nacional le apruebe el proyecto denominado Ley de Justicia Tributaria y que en sus alcances le daría el tiro de gracia a la mayor parte de los regímenes fiscales existentes en el país como las exhoneraciones, exenciones y demás incentivos que atrajeron a inversionistas y capitales extranjeros.

La iniciativa privada hondureña ha calificado dicho proyecto como un atentado contra la inversión y la generación de empleo.

Se "volaron" la Ley de Empleo por Hora, y desde su derogación hace ya dos años, unos 500 mil contratos bajo ese especial régimen laboral no se volvieron a renovar. ¿Qué necesidad hay de seguir generando este clima de inseguridad a la inversión nacional y extranjera, e incertidumbre a la generación de nuevas fuentes de empleo?

Los hondureños urgimos un escenario político, económico y social estable, generador de igualdades de oportunidades para todos, que le garantice al inversionista la plena protección de sus inversiones, y a los 2 millones 400 mil subempleados, la esperanza de que más temprano que tarde podrán acceder a un trabajo permanente y bien remunerado.

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