Inés Altamirano es una empresaria de San Pedro Sula, Cortés, que tras el cierre de su restaurante en el barrio Río de Piedras, por denuncia de lo vecinos, decidió encadenarse de manos, con el fin de manifestarse.

Durante su hazaña compadeció ante los medios del país y responsabilizó del cierre de su emprendimiento al alcalde Roberto Contreras, a quien acusó de haberla humillado.

"Estoy haciendo lo que el alcalde nos enseñó a todos, encadenarse con está 'dictadura', porque el día domingo el alcalde visitó el restaurante y yo lo recibí bien, pero lo que recibí de su parte fueron humillaciones", expresó a través de la tarde, Inés Altamirano, dueña del restaurante.

"Me dijo que mi restaurante era un burdel, pero yo quiero que el nos compruebe con todas las personas desempleadas de mi local, y nos cerró sin ninguna evidencia", agregó.

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Por su parte, el equipo legal de la empresaria sampedrana, dijo que el cierre fue arbitrario y corroboran que las denuncias no venían de los vecinos sino del alcalde, pero que no se ha comprobado si el establecimiento corrompe las leyes municipales.

Dicho local es un restaurante de comida mexicana, donde también venden bebidas alcohólicas, sin embargo, la dueña asegura que el local no un estanco.

El representante legal, que no brindó su nombre en la entrevista, aseguró que tenía en su poder material de video, en el que se ve a Roberto Contreras insultado y denigrando a la dueña del emprendimiento.

Sin embargo, durante el programa La Tarde, por HRN y TSI, el acalde sampedrano rompió el silencio y habló respecto al tema, refiriéndose a que la municipalidad tenía muchas denuncias por el alto volumen, y que no respetaban el "Plan de convivencia".

Al mismo tiempo desmintió que el local fuera un restaurante de comida mexicana, sino un bar.

"El domingo fui al establecimiento en horas de la noche, me quite la pijama y le dije que el ruido que tenían era insoportable, y los vecinos no pueden dormir, nuestra administración jamás va en contra de los emprendedores, al contario los apoyamos", manifestó el edil de San Pedro Sula.

La orden de cierre, según el alcalde, se debió a que los dueños del restaurante, en pleno día domingo tienen ambiente de fiesta, no respetando el sueño de los demás pobladores a los alrededores.

Además dio a conocer que solo pagan un permiso de 300 lempiras, que solo es para tener música en vivo, no para excederse en horas de la noche.

Al rededor de 20 denuncias tenía el local de la emprendedora; finalmente el alcalde durante la entrevista mantuvo su postura de que el cierre del restaurante es definitivo.

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