La sombra del crimen organizado persigue a los emigrantes hondureños que cruzan el territorio mexicano en su ruta hacia Estados Unidos.

Las cifras retratan ese drama que viven los indocumentados que diariamente son objeto de abusos y acciones de toda naturaleza que son reivindicadas por sanguinarias organizaciones criminales de México.

La Embajada de Honduras en territorio azteca revelaron que la Fiscalía de aquel país tiene abiertos 16,000 expedientes derivados de ataques y de actos criminales cometidos en menoscabo de compatriotas indocumentados.

Dos casos recientes se destacan. El primero es el drama de dos núcleos familiares -entre ellos, varios niños- que cayeron en manos de captores que aparecen en un vídeo con sus armas apuntando a mujeres y menores de edad. Afortunadamente, los compatriotas fueron rescatados.

Otro episodio tiene como sus protagonistas a un padre y a su menor hijo, originarios de Yoro, quienes cayeron en manos de secuestradores mexicanos y por cuya liberación es exigida la suma de 14,000 dólares.

Hasta septiembre de 2019, la Cancillería del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador tenía reportes de la ejecución de al menos 20 secuestros de emigrantes en su territorio.

Apenas en junio de este año se había informado que una emigrante hondureña fue privada de libertad y violada, después de que agentes de la Policía Federal de Ciudad Juárez la detuvieron y entregaron a un grupo de criminales.

Este hecho puso en alerta acerca de la conspiración de efectivos de instituciones del orden de México con grupos delictivos que han dirigido su blanco de ataques contra los indocumentados que atraviesan suelo azteca en busca de llegar a Estados Unidos.

Delincuentes y traficantes de personas han logrado infiltrarse para convertir a los "sin papeles" en el blanco de sus planes perversos e inhumanos, denunciaron en su oportunidad congregaciones y pastorales mexicanas que defienden los derechos de los emigrantes.

La frontera entre Guatemala y México es un punto sumamente peligro para la preservación de la vida de los emigrantes, pero el territorio azteca está congestionado y contaminado por muchas células de malhechores dedicados al secuestro, violación y asesinato de emigrantes.

Desde que México fue convertido en tercer país seguro, los indocumentados ponen su integridad en vilo, ya que una orden ejecutiva obliga a todos los emigrantes en tránsito a solicitar asilo en suelo azteca si pretenden calificar para un estatus de ese tipo en Estados Unidos.

Mensualmente unos 15,000 hondureños son deportados desde México por su condición de indocumentados. Se estima que el flujo de ilegales en la frontera de aquel país aumenta en un diez por ciento.

En mayores proporciones se pone en peligro la vida de los hondureños que caen en poder de un creciente número de bandas de facinerosos que operan en México.