En picada ha venido la inversión extranjera directa. A junio de este año, dicho monto había llegado a 249 millones de dólares, una caída de 39 por ciento.

Entre enero y junio de 2018, los flujos llegaron a 411 millones de dólares, una disminución del 32 por ciento, y en 2017, la llegada de capital foráneo era de 600 millones de dólares.

Más allá de la simple exposición de estas cifras, cabe analizar las repercusiones de esta circunstancia dado que el ingreso de capital foráneo es indispensable para potenciar la economía y dinamizar las finanzas.

Las malas nuevas están asociadas con un período caracterizado por una desaceleración de la economía que, al corte de este año, no crecerá más allá de tres por ciento.

La llegada de inversión externa ya mostraba signos de debilitamiento en el primer trimestre de 2019, cuando este índice se derrumbó en 3.7 por ciento, en comparación con los 318 millones de dólares captados el mismo período de 2018.

El Banco Central de Honduras explicó en su momento que tal depresión se debía a menores utilidades reinvertidas en diversas actividades económicas, especialmente de la maquila, la manufactura, minas y canteras, así como por el descenso en el registro de nuevos aportes en empresas ya instaladas en el país.

En los primeros meses de 2019, la mayoría de recursos absorbidos fueron utilidades reinvertidas por un monto de 178 millones de dólares. Las nuevas inversiones apenas llegaron a 114 millones de dólares, mientras las acciones y la participación de capital alcanzaron 13 millones de divisa estadounidense.

A inicios de este año se proyectaba una inversión extranjera entre 1,200 y 1,300 millones de dólares, un volumen igual al presentado al corte de 2018.

Los sectores que hasta ahora han atraído más recursos externos son los de servicios, en un 28 por ciento; manufactura, en un 24 por ciento; y la maquia, con una aportación de 20 por ciento.

Los rubros del transporte, almacenaje, telecomunicaciones, comercio, restaurantes y hoteles muestran una participación entre 12 y seis por ciento en el total de la inversión llegada al país.

Estados Unidos, Canadá, México, igual que países de El Caribe, de Centroamérica, Europa, Asia y Oceanía, representan los puntos de origen del dinero que es invertido en Honduras.

Los análisis de organismos externos ponen de relieve que los inversionistas le otorgan un elevado valor a las medidas de salvaguarda frente a los riesgos sociales, económicos, políticos y jurídicos que adopte el país, con el fin de atraer flujos de capital.

La inversión extranjera juega un papel preponderante para el financiamiento de proyectos públicos y privados, acceso al conocimiento, desarrollo de tecnología, formación de recursos humanos, fomento de cadenas de distribución y generación de actividad económica.