Un rechazo frontal ha recibido el aumento de 2.9 por ciento en la tarifa de energía eléctrica que fue aprobado por la Comisión Reguladora de Energía Eléctrica (CREE).

Dirigentes sindicales de la estatal eléctrica criticaron el programa de subsidio del Gobierno para los abonados que serán afectados por el nuevo golpe.

Ese beneficio tendría que ser ampliado a todos los sectores, puesto que son perjudicados en su presupuesto y en sus actividades comerciales e industriales, considera el sector obrero de la energía eléctrica.

El Gobierno ha anunciado que pondrá en aplicación un plan de subsidios que cubrirá el cien por ciento del consumo para quienes consumen hasta 150 kilovatios y un porcentaje escalonado para los que facturen entre 151 y 300 kilovatios-hora.

Después de una rápida revisión de números, la Secretaría de Finanzas estima que el Gobierno dejará de recibir por este concepto alrededor de 500 millones de lempiras.

En opinión de economistas consultados por HRN, la revisión de los costos de energía eléctrica representan un duro revés para la competitividad en Honduras, el sostenimiento de las empresas y la creación de trabajo.

Los comerciantes e industriales han alertado que la revisión del precio de cada kilovatio-hora afectará sus costos de operación y sus opciones de comercialización.

Dadas tales condiciones, la factura será pasada directamente a la población que, encima, ha perdido de manera vertiginosa su capacidad adquisitiva.

Es "un trancazo", han declarado los abonados de la ENEE. Y es que, este sector, sostiene que no quedará en nada la eliminación del 15 por ciento que era agregado por concepto de ventas al aviso de pago de los consumidores arriba de 750 kilovatios-hora.

Los versados en la asignatura de energía eléctrica afirman que el rescate de la ENEE no pasa por la vía del aumento en el pliego tarifario, sino por acciones en conjunto dirigidas a la disminución de las pérdidas,   que alcanzan un 32 por ciento, y a la renegociación de los contratos de generación.

Los segmentos productivos subrayan que el alza en el costo del servicio presiona la economía, en la medida en que pone en riesgo la competitividad. En menos de dos años, el valor de la energía eléctrica se ha alzado en 35 por ciento.