Los médicos de los hospitales públicos y del Seguro Social en la región norte inician este lunes una jornada de protesta que tendrá una duración de 20 minutos cada día.

La razón es una y está relacionada con una demanda expuesta desde que Honduras se preparaba “en teoría” para enfrentar la pandemia del Covid 19: La dotación de equipo de bioseguridad que necesitan los profesionales de la salud para atender a los pacientes, confirmados y sospechosos.

Dirigentes del gremio de los médicos han denunciado que no tienen la provisión del equipo de bioseguridad recomendado y exigido para no ser contagiados. 

La presidente del Colegio Médico, Suyapa Figueroa, recriminó que los profesionales de la salud están mayormente expuestos y sin protección. Muchos han tenido que financiar sus propios implementos y otros han recibido donaciones de organismos independientes, cuestionó Figueroa.

De su lado, el doctor Carlos Umaña, quien preside la Asociación de Médicos del Seguro Social de San Pedro Sula, Cortés, señaló que sus colegas no pueden seguir al frente de la batalla sin las herramientas preventivas.

¡Por favor, que las autoridades retomen el tema de compra y distribución de insumos de bioseguridad para los médicos y otros profesionales de la salud que batallan contra el Covid 19!, exclamó al hilo el doctor Umaña.

El especialista reclamó que los facultativos y colaboradores del sector asistencial no están a buen resguardo. En su mayoría han recibido máscaras quirúrgicas y vestimenta ordinaria que no es la indicada para atender a los contagiados por el nuevo virus.

En torno a dicho reclamo puntual, una información oficial señala que, desde sus centrales de aprovisionamiento en Tegucigalpa y San Pedro Sula, Las Fuerzas Armadas hacen entrega individualizada de equipo especial al personal de los 22 hospitales y centros designados para la atención de la emergencia de salud.

Semanas atrás, los médicos internos y estudiantes de las universidades habían denunciado que no contaban con los equipos de resguardo, lo cual les llevó a advertir, en su tiempo, que se retirarían de sus puestos en caso de no obtener respuesta a su solicitud urgente.

En la etapa más crítica de la epidemia, el reclamo vuelve a surgir entre quienes están en la primera línea de la batalla contra el enemigo invisible que tiene postrado a todo el mundo.