Los signos de alarma sobre el crecimiento de la violencia criminal en tiempos de pandemia no se quedan cortos.

Las evaluaciones realizadas por organismos que focalizan sus esfuerzos en medir el impacto de la inseguridad en el escenario de la emergencia, revelan que la impunidad se ha disparado en 40 por ciento.

Es una cifra de gran magnitud. Se estima que en Honduras al menos 94 de cada cien homicidios quedan sin ser investigados y sin que sus hechores sean identificados y llevados a la cárcel.

Es evidente que en el actual período de emergencia se ha desatado una ola de crímenes, a pesar de las medidas implantadas para contener la propagación del nuevo virus.

El Sistema de Estadísticas Policiales en Línea (SEPOL), registra 2,178 crímenes a nivel nacional en los primeros ocho meses de 2020, con una mayor escalada en los meses de junio, julio y agosto.

En marzo se cometieron 238 sucesos y en abril la incidencia fue similar con 232 hechos criminales. En ambos meses, el promedio fue de siete homicidios diarios.

Luego, en mayo, la cuenta fue de 267 eventos sangrientos en todo el país, a razón de ocho cada 24 horas, resaltan los informes de la Secretaría de Seguridad.

El trimestre junio-agosto ha tenido un mayor acento impuesto por los homicidas. En conjunto, ese trimestre apuntaló con 847 crímenes que correspondieron a un promedio de nueve cada 24 horas.

Entre marzo y agosto, la ejecución de crímenes se incrementó en dos puntos al moverse de siete a nueve por ciento, en tanto que la tasa de homicidios al corte de mes es de 23.41, un tanto menor a la que prevaleció el año pasado.

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