En apenas un año, desde que la pandemia covid-19 se instaló en el país, Honduras ha perdido un millón de puestos de trabajo que fueron creados en un período largo de una década.

Tal es la comparación que han establecido los empresarios, al demandar una conciliación con los dirigentes obreros y con el Gobierno, que permita construir una estrategia dirigida a conservar los empleos que todavía existen.

De acuerdo con los reportes oficiales, el desempleo creció en por lo menos cinco puntos, debido al impacto de la urgencia sanitaria, experimentado por las grandes, medianas y pequeñas empresas.

Un estudio levantado unos meses atrás revela que el 70 por ciento de las empresas tuvieron una caída a cero en sus ventas en los primeros meses de la pandemia y que hasta ahora no pudieron recuperarse.

Alrededor del 30 por ciento de los negocios debieron negociar la suspensión de sus empleados y el 77 por ciento planteó la necesidad de mayores recursos para sostenerse en la actual crisis.

La gran preocupación de las empresas es que se dé más largas a la puesta en marcha de iniciativas tendientes a superar la “dura prueba” a que ex expuesto el país, con motivo de la eventualidad sanitaria.

Honduras sigue encaminándose hacia una recesión. El año pasado cerró con un retroceso de casi diez por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Las proyecciones para 2021 tampoco son las mejores.

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