Agentes estatales y municipales de México hallaron el 25 de septiembre a 42 migrantes centroamericanos, entre ellos 24 menores, que se encontraban encerrados en una casa en el municipio de Los Reyes La Paz, vecino a la capital mexicana.

En un comunicado, la Secretaría de Seguridad del estado de México informó que en respuesta a una llamada al número de emergencias 911, los agentes de la institución encontraron a los migrantes, que eran privados de su libertad, y detuvieron a cuatro presuntos responsables, entre ellos, una mujer.

De acuerdo con el reporte, al exterior de una vivienda ubicada en un popular vecindario del municipio personas escucharon gritos de ayuda y los agentes llegaron al lugar para confirmar la información.

La institución indicó que "por estar las personas en riesgo inminente", los agentes ingresaron al inmueble, de unos 200 metros cuadrados, para preservar la integridad física de las 42 personas, 39 de ellas de Guatemala y tres de Honduras.

Según las primeras indagatorias los cuatro detenidos eran presuntamente los responsables de vigilar el sitio y a las personas.

Tanto los detenidos como los extranjeros fueron trasladados a la oficina de la Fiscalía General de la República (FGR) con sede en el municipio de Texcoco, en el Estado de México, donde se abrió una carpeta de investigación, para determinar su situación jurídica.

El sur de México registra en los últimos meses un flujo migratorio histórico con 147 mil indocumentados detectados en México de enero a agosto, el triple de 2020, y un récord de 212 mil indocumentados detenidos solo en julio por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) de Estados Unidos.

Desde Tapachula, municipio del suroriental estado de Chiapas, salieron cuatro caravanas de migrantes -muchos de ellos haitianos- hace unas semanas, pero todas fueron desarticuladas en duros operativos de las fuerzas de seguridad.

Desde octubre de 2018, y a pesar del endurecimiento de la vigilancia en la frontera sur de México, miles de migrantes de Centroamérica, pero también de Cuba, Haití y de diversos países africanos y asiáticos ingresan en el territorio mexicano con el objetivo de llegar a Estados Unidos.

Los traficantes de personas buscan rutas para los extranjeros y en ocasiones estacionan en los estados de Chiapas, Tabasco, Veracruz, Oaxaca, Puebla y Estado de México, como una parada intermedia en su travesía hacia Estados Unidos.

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