La Empresa Nacional de Energía Eléctrica muestra un pasivo cercano a los 90,000 millones de lempiras y Hondutel registra un conjunto de deudas y obligaciones por el orden de los 4,700 millones hasta noviembre pasado.

Las dos estatales están hundidas en un déficit tan profundo, de manera que para recuperar su administración y operación se necesitan medidas integrales, muy complejas y un plan de inversión y modernización de inmediato y mediano plazo.

Hasta octubre de 2021, la Empresa Nacional de Energía Eléctrica tenía un déficit acumulado de 63,000 millones de lempiras y un pasivo total de 87,000 millones de lempiras, frente a 79,000 millones acumulados entre enero y octubre de 2020.

Esto se traduce en un crecimiento de 8,000 millones en el conjunto de los compromisos pendientes de la estatal eléctrica, cuyo desbalance es uno de los principales factores del déficit fiscal del Gobierno.

Las nuevas autoridades todavía no ha planteado las acciones concretas que tomará para rescatar la ENEE. La única propuesta que está sobre la mesa es la división de la empresa en tres unidades de negocios, lo que muchos califican como "una moneda al aire" o un "rompecabezas".

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Y en lo que se refiere a Hondutel, dicha entidad se encuentra en sus estertores hace mucho tiempo. El balance actualizado hasta agosto, indica que en los últimos tres años la estatal había tenido pérdidas por alrededor  de 1,200 millones de lempiras.

Y el estado financiero presentado en noviembre, refleja que la Empresa de Telecomunicaciones tiene un pasivo total de 4,700 millones de lempiras y cuentas por pagar que sobrepasan los 3,400 millones.

Los ingresos han disminuido en tal magnitud que no son suficientes para dar cobertura a los sueldos y salarios de más de 2,000 empleados.

En agosto, el Gobierno anunció que un equipo  de expertos elaboraba  un plan de rescate financiero y una estrategia de inversiones para volver competitiva a Hondutel.

Las empresas de Energía Eléctrica y de Telecomunicaciones son las que han entrado en un proceso de deterioro más agudo y virtualmente irreversible.

¿Cuáles son las estrategias que pondrá en marcha el Gobierno entrante para rescatar dichas instituciones? ¿Es inevitable y un caso juzgado la desaparición de la ENEE y de Hondutel, parte del patrimonio de Honduras?