Más de 50 años a unos, y más de 30 años a otros, ha sido la pena que ha caído sobre los siete implicados en el asesinato de la dirigente ambiental, Bertha Cáceres.

El 3 de marzo de 2016, unos atacantes no identificados irrumpieron en la casa de la defensora indígena de renombre mundial Berta Cáceres y le asesinaron.

El 30 de noviembre de 2018, el Tribunal Penal Nacional de Honduras condenó a siete hombres por el asesinato de la ambientalista.

Cáceres, de 44 años, se opuso fuertemente a la construcción de una represa en el noroeste de Honduras, impulsada por la empresa Desarrollos Energéticos (Desa). La líder indígena sostenía que la estructura pondría en peligro los recursos acuíferos y la vida de la comunidad.

En abril de 2015, esa lucha le valió a Berta Cáceres el Premio Medioambiental Goldman, el máximo reconocimiento mundial para activistas de medio ambiente.