La extorsión se ha convertido en una pandemia y en el signo por excelencia de la criminalidad derramada sobre el sector del transporte en Honduras.

Los registros de la Fuerza Antimaras y Pandillas señalan que en 2020 han sido capturados 270 hombres y mujeres vinculados con el cobro del impuesto de guerra.

De esta cifra, 248 han sido judicializados. Esto significa que, al menos el 90 por ciento de los expedientes abiertos a los extorsionadores fueron llevados por la vía judicial.

En 2019 se reportó la captura de 1,831 individuos detenidos por el cargo de extorsión; de ellos, 1,684 pasaron a la fase de judicialización; esto es, nueve de cada diez casos, según se hace notar en los informes de los cuerpos élite de seguridad.

Por encima de cómo pueden ser interpretados estos datos, los ataques contra los inversionistas y operadores del rubro son letales y se volvieron sistemáticos.

Está a la vista. Los transportistas se encuentran en la encrucijada. Esta semana fueron suspendidas temporalmente las operaciones de dos empresas de la ruta interurbana en menos de 24 horas.

Esta misma semana también tuvieron que cesar transitoriamente en sus actividades los transportistas de los corredores considerados más "calientes" en esta capital.

Un grupo de antisociales se han dado a la tarea de atacar unidades de transporte urbano en puntos "conflictivos" de las ciudades más importantes del país.

Y en algunas rutas del servicio, los transportistas y las organizaciones del orden público convinieron que miembros de la Policía Nacional resguardaran los autobuses por un tiempo prudente.

Otra acción de los criminales contra el sector transporte está dirigida a meterle fuego a los automotores, con mayor frecuencia en los departamentos de Yoro y Cortés.

Al Gobierno se le fue de la mano el tema de la seguridad en el transporte, han acusado dirigentes de la actividad, entrevistados por La Voz de Honduras.

Todo el discurso se resume así: Los transportistas ya no soportan las embestidas de los extorsionadores. Los malhechores le han tomado la medida y el pulso a los cuerpos élite de seguridad que operan en el rubro del transporte.