Al pueblo hondureño le resulta muy caro mantener en circulación los vehículos asignados a las máximas autoridades, a los ministros, directores y otros funcionarios gubernamentales.
De acuerdo con las proyecciones de la Coalición Patriótica, cada automotor utilizado por los burócratas de rango consume, en promedio, 700 y hasta mil lempiras diarios.
Los directivos de la referida organización, estiman que si el Gobierno disminuyera a la mitad la flota de carros que son utilizados para transportar a los funcionarios, en su mayoría camionetas de lujo, el ahorro sería de unos cinco mil millones de lempiras al año.
El tema de los automotores de uso reservado para ciertas categorías de cargos en la administración pública ha estado en el centro de los cuestionamientos.
El gasto por ese concepto no es compatible con las carencias de un país como Honduras con serios problemas financieros y, además, afectado por la crisis que tiene su génesis en el estremecido mercado petrolero internacional.
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Hace un año, se denunció que entre 2014 y 2021 la gestión de turno había adquirido una flota de unos 2,200 vehículos con los fondos de la Tasa de Seguridad, por un valor de 720 millones de lempiras, entre éstos 180 camionetas de lujo.
Distintos organismos han reiterado que el alza constante e insostenible en el valor de los derivados del petróleo obliga al Gobierno a establecer un plan de austeridad que tendría que comenzar por la restricción en el uso de los vehículos para los burócratas, porque el gasto es mayor en este renglón.
Fuentes oficiales informaron que el consumo de diesel ha disminuido en 14 por ciento y la demanda de gasolina regular ha descendido en 19 por ciento, como resultado de las medidas de ahorro adoptadas por el Gobierno, entre las que se mencionan el trabajo remoto y en horarios alternos de los empleados del sector público.
Los conocedores de la industria petrolera aseguran que estas medidas no son suficientes, porque la crisis derivada de la escalada en el costo del crudo requiere de una estrategia integral para su abordaje.
Las proyecciones apuntan que el galón de los combustibles llegará a los 150 lempiras en un par de meses y que la factura petrolera se elevaría por encima de los 2,000 millones de dólares al término de este año.
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