Durante muchos años, la industria del secuestro generó cantidades de ganancias millonarias para las bandas criminales.

Sólo en 2013, el número de hondureños secuestrados fue de 92. Sin embargo, apenas seis años después, y gracias al trabajo conjunto de las fuerzas de seguridad, el número se redujo a diez, es decir, la reducción es de un 89.13 por ciento.

La creación de la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas, la Dirección Policial de Investigaciones y la Unidad Nacional Antisecuestros han logrado golpear fuertemente a la delincuencia.

Pero no sólo los secuestros han disminuido, según los datos proporcionados por las autoridades de Seguridad. El robo de vehículos y la extorsión van a la baja, mientras que el número de muertes violentas, que nos llevó a convertirnos en el país más peligroso del mundo, pasó de 86 por cada cien mil habitantes a menos de la mitad.