A los 94 años falleció el pasado domingo "el hombre más sucio del mundo", originario de Sejgah, un pueblo de la provincia de Fars, al sur de Irán, quien pasó más de 50 años sin darse un baño por el temor a enfermarse.

El hombre, quien respondía al nombre de Amou Haji, despertó el interés de muchos a su alrededor, sobre todo, de los médicos, quienes constataron el buen estado de salud del que gozaba el anciano.

Pero su estilo de vida no fue por elección, sino que estuvo marcado por varios infortunios emocionales que lo llevaron a aislarse del mundo tradicional, rescata el medio.

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En ese sentido, la niñez del anciano estuvo marcada por la vagabundez, pues nunca tuvo un hogar y en su adultez nada cambió, pues su vida la pasó en un refugio improvisado a base de ladrillos.

La historia de Haji, incluso, acaparó la atención de revistas, un medio local para el caso le dedicó un artículo titulado “El hombre más sucio”.

Otro documental retrató su historia como “La extraña vida de Amou Haji”, en la que se expuso además de su excelente estado de salud, la forma en la que le hacía frente a diversas circunstancias de su vida.

Hombre sucio
El hombre gozaba de buena salud según estudios médicos.

Para el caso, si necesitaba un corte de cabello, sólo lo exponía al fuego; mientras que para hacerle frente al frío, se las arreglaba con un casco e improvisaba su propia vestimenta.

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Pese a las falencias en su vida, el anciano desarrolló un sistema inmunológico fuerte, y es debido a las complejas circunstancias que vivió a lo largo de su vida.

Hasta el momento se desconocen las causas de su muerte.