En la homilía dominical se ha hecho una reflexión sobre la problemática en Honduras, en todos sus órdenes.

Los líderes de la Iglesia Católica han enfatizado que los gobernantes están obligados a generar confianza, seguridad y respeto, porque un pueblo sin certidumbre no tiene seguridad; esto es, no hay orden, ni vida, ni amor, sino muerte.

La vida es espléndida aún con todos los avatares. La destrucción, desde Caín hasta hoy día, se da cuando el hombre se cree dueño de su vida y la de sus prójimos, ha reprochado el sacerdote Juan Carlos Martínez.

Durante el mensaje presentado a los feligreses, el religioso ha subrayado: "La vida la recibimos como un regalo de Dios. ¿Por qué nos volvemos banales y nos exponemos hasta la destruirnos unos a otros?"