Para finales de este año se había proyectado un crecimiento de 3.5 por ciento, pero hay muchas posibilidades de que sea revisada a la baja si las condiciones externas desfavorables se acentúan.

Los entendidos en la asignatura han advertido que hay una serie de factores que se combinan y que hacen prever que no se va a cumplir la meta respecto al comportamiento del Producto Interno Bruto (PIB).

Entre estas situaciones se pueden mencionar la volatilidad del mercado internacional del petróleo que ha desembocado en una mayor inflación casi en todas las regiones del país y el peligro de una mayor pérdida de empleos en los países pobres como es el caso de Honduras.

El Plan Monetario 2022-2023 del Banco Central establece que “dado el conflicto entre Rusia y Ucrania, las perspectivas de crecimiento e inflación mundial están sujetas a una mayor incertidumbre” que también se reflejaría en las variables económicas de Honduras.

Los mismos técnicos de la institución rectora de la política cambiaria y monetaria del país han concluido que los precios más altos de la energía y de los alimentos “provocan mayores presiones inflacionarias”.

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Esto trae como efecto un deterioro de la capacidad adquisitiva de la población y, como consecuencia, una baja en la demanda de bienes y servicios; en consecuencia, una lenta actividad económica.

La economía hondureña se ve influenciada por un menor crecimiento mundial, debido a las interrupciones en la actividad comercial y en la cadena de suministro, además de las dificultades en las condiciones financieras.

Los organismos de Centroamérica han analizado que el costo de vida en los países del área sigue en espiral y que, al cierre de 2022, podría llegar hasta el 8.7 ó 9 por ciento si se combinan todas las consecuencias de la invasión de Rusia a Ucrania.

Los encargados de elaborar informes especializados han anticipado que Honduras y el resto de naciones del istmo podrían experimentar una mezcla de una inmoderada inflación y de una sostenida pérdida de puestos de trabajo.

El Consejo Monetario Centroamericano ha considerado que los factores externos siguen generando una presión inflacionaria profundizada por el conflicto ruso-ucraniano, lo que dificulta el manejo de la política económica.

El mismo Estados Unidos sufre los precios más altos de su historia. Los reportes de prensa internacional se han hecho eco de que la inflación se ha convertido en un serio problema económico.

El presidente Joe Biden ha anunciado un plan para combatir el alto costo de la vida que ha llegado a un 8.5 por ciento, el máximo en cuatro décadas.

En Europa, el Índice de Precios al Consumidor escaló hasta el 7,5 por ciento. El incremento de los precios ha alcanzado costes nunca antes registrados por la confrontación bélica Rusia-Ucrania, cuyos efectos se han extendido en el área energética y petrolera.

En Honduras, la inflación trae como resultado más pobreza y, obviamente, mayor injusticia social. Todo ello se traduce en una explosión de la economía informal, en la ampliación de la masa de desempleados y en un derrumbe de la capacidad adquisitiva de la casi totalidad de los hondureños.