Autoridades del Registro Nacional de las Personas confirmaron que, al cierre del proceso, fueron inscritos 5.4 millones de hondureños, un 98 por ciento de la población mayor de 18 años.

La meta que se había previsto era de 5.5 millones de ciudadanos, lo que es indicativo de que por lo menos 100 mil personas no se enrolaron y han sido puestas al margen de la lista de habilitados para decidir en las urnas el destino de Honduras.

Tropiezos en proceso electoral

El presente proceso electoral ha tenido muchos tropiezos por manipulaciones de los políticos. Una de las jugadas que están en el aire es la propuesta de habilitar las dos tarjetas de identidad para las votaciones de noviembre.

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Los analistas consideran que estos malabares de última hora que llevan a efecto los políticos siguen manchando el camino hacia la consulta de noviembre.

Los segmentos mayoritarios son del criterio que la nueva cédula como único documento para los comicios no debe ser negociable.

No hay que permitir que se dé ningún otro paso al costado, si es que aún existe la intención de darle confiabilidad y transparencia a la jornada popular de finales de 2021.

¿Fraude a la vista?

Hay políticos que le están apostando al fraude y al abstencionismo, porque creen que entre menos electores asistan a las urnas, más posibilidades tienen de permanecer o de llegar al poder, han advertido los creadores de opinión pública.

En general, los intérpretes de la actividad política piensan que Honduras se muestra ante el mundo como un país donde la democracia está en deterioro y en camino a su desaparición.

En Honduras abundan los corruptos y los politiqueros que ambicionan el favor de los votantes por encima de cualquier precio. Ni siquiera han presentado planes de solución a los problemas del país.

Iglesia Católica y sociedad civil

Los líderes de la iglesia y de los órganos de la sociedad civil han exigido a los aspirantes demostrar su voluntad de apegarse a la voluntad del pueblo y esto depende la transparencia y legitimidad de las elecciones generales.

Sin embargo, estas condiciones de la democracia participativa son puestas en duda, porque algunos sectores de políticos fuerzan por la admisión de las dos tarjetas de identidad para mantener vigente la sombra del fraude.

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