De acuerdo con lo que se había previsto a finales del año pasado, en la segunda quincena de 2021 debería de estar concluido el Plan de Reconstrucción y Transformación de Honduras después de Eta y Iota.

Como se sabe, la definición de los ejes de este proceso ha estado a cargo de un Consejo Consultivo y del Grupo Asesor que fueron integrados para los efectos de elaborar un plan y un programa de acción que posteriormente fuese presentado ante la comunidad internacional con miras a explorar las posibilidades de financiamiento.

Un estudio de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal), realizado el año pasado calcula el impacto de las tormentas tropicales en alrededor de 46,000 millones de lempiras.

El informe del organismo regional destaca que las pérdidas ocasionadas por los meteoros se tradujeron en la reducción de casi un punto en el Producto Interno Bruto.

La empresa privada estimó que las pérdidas acumuladas de ese sector por motivo de la pandemia y de los eventos climáticos es de alrededor de 150,000 millones de lempiras.

Las principales figuras del Consejo Consultivo han explicado que todas las cifras que retratan los estragos ocasionados por Eta y Iota son la base de la propuesta que Honduras espera hacer ante el concierto de la cooperación externa.

El Plan Maestro también se ha concebido como una visión hacia una agenda a 2030 que esté alineada con un proyecto de país, que es una prioridad que hasta ahora estuvo abandonada.

Hay que tener claro que el país no tendrá acceso a los fondos de la comunidad internacional si no presenta una estrategia creíble sobre la ejecución de obras de rehabilitación del aparato económico y del sistema productivo sobre la base de la transparencia.

Las Naciones Unidas han hecho hincapié en que el uso transparente de los recursos públicos, así como la rendición de cuentas y una participación activa de los ciudadanos son las condiciones que harán viable la reconstrucción de Honduras.

Los propios miembros del Grupo Asesor del Consejo Consultivo para la Reconstrucción y Transformación de Honduras han sido claros en el sentido que este proceso tiene un primer requisito que cumplir: La lucha contra la corrupción y la rendición de cuentas.

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