En 200,000 se incrementa la población de Honduras cada año, lo que significa un aumento de 2.4 por ciento.

En la medida en que se produce dicha alza proporcional, así suben los niveles de pobreza y de presión de los grupos menos privilegiados para tener acceso a bienes de producción y servicios.

En los cuarenta años que han transcurrido desde que Honduras retornó al orden constitucional, la respuesta del Gobierno de turno ha sido cortoplacista, circunstancial, insuficiente y hasta demagógico-populista, en algunas oportunidades.

De acuerdo con un análisis de la Universidad Nacional, el incremento poblacional significa una necesidad continua de empleo, acceso a la educación, a la salud y a oportunidades sociales justas, que No han podido ser satisfechas por la frágil estructura económica del país.

Esta circunstancia, a su vez, se debe al deterioro constante de los niveles de vida de los habitantes del país, según lo han indicado los estudiosos de la rama.

De cara a las elecciones del 28 de noviembre, quienes se dedican a darle lectura a la problemática nacional sostienen que el próximo gobierno enfrentará un enorme desafío: Construir un plan estratégico fundamentado en la aplicación de la “Ley para el Establecimiento de una Visión de País y la Adopción de un Plan de Nación para Honduras”.

Los analistas concuerdan en que las políticas públicas consensuadas son indispensables para conocer cuál debe ser la ruta a seguir hacia el desarrollo humano y sostenible.

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Y en esto hay que hacer notar que la campaña política que corre está marcada por la incertidumbre, la descalificación, la desesperanza y la incertidumbre.

Un imperativo es que la población razone su voto para escoger a los aspirantes con las mejores credenciales y que los políticos que pretenden acogerse al poder hagan mérito de la voluntad del pueblo.

Ello pasa por que los políticos se despojen de sus ambiciones desmedidas, ya que su falta de compromiso ha influido para que la democracia hondureña No haya respondido en las últimas cuatro décadas a las demandas de la mayoría relegada.