Cuando se hace un repaso del comportamiento de la pandemia, se destaca el hecho que son los hombres las principales víctimas de la pandemia, con un 64 por ciento, frente a las mujeres que constituyen el 36 por ciento de los decesos provocados por el nuevo virus.

Y si se compara el porcentaje de muertes producidas mensualmente desde que la pandemia llegó al país, se tiene que entre marzo y julio hubo un crecimiento de 39 por ciento. En agosto la incidencia de fatalidades se redujo en 15 por ciento al pasar de 40 a 25 por ciento.

Los epidemiólogos han llamado la atención sobre un punto. Y es que, en el escenario municipal, el Distrito Central aparece como el que concentra el número más elevado de muertes, con un 27 por ciento y la cifra más elevada de casos, un 24 por ciento.

Los pacientes que han salido victoriosos del ataque del nuevo virus, la proporción se ha incrementado hasta situarse en 26 pacientes recuperados por cada cien infectados por el patógeno responsable de neumonía atípica.

Los especialistas en virología hacen hincapié en que la edad promedio de los pacientes covid que son dados de alta es de 38 años y que son los hombres los que representan el mayor grupo de ellos.

A seis meses desde que fueron diagnosticados los primeros pacientes covid, Santa Bárbara concentra el número más alto de hombres infectados y Yoro contabiliza la mayor cantidad de mujeres con el virus.

Hasta la primera quincena de septiembre, Honduras rondaba los 70,000 cuadros confirmados de covid, en una relación de cinco hombres y cuatro mujeres por cada diez contagiados.

Quienes llevan un minucioso recuento de la incidencia de la pandemia, concuerdan en que la ampliación de las actividades económicas y de los sectores de la población autorizados para desplazarse podría traer consigo un relajamiento que más temprano que tarde resultará en la multiplicación de contagios y en el congestionamiento de los hospitales y centros sanitarios.

A partir de este lunes la circulación se elevará de uno a dos dígitos diarios, conforme a la numeración de la cédula de identidad, mientras las empresas y los negocios pasarán a una fase superior de la reapertura económica.

Más rubros importantes del aparato productivo y de prestación de servicios estarán reactivados. La incógnita está planteada en el sentido si será posible mantener un equilibrio entre la salud y la economía.

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