No menos de cuatro mil millones de lempiras se requieren para reactivar el aparato agrícola.

Si las condiciones climáticas lo permiten, el ciclo de primera puede dar una cosecha aceptable y reducir los riesgos de escasez y desabastecimiento en el segundo semestre.

Los productores  abordados sobre las expectativas agrícolas para este año, han planteado que los departamentos de Yoro y Olancho presentarán un buen régimen de lluvias, al menos un modelo aceptable de precipitaciones en la fecha prevista entre mayo y junio.

Sin embargo, en El Paraíso, uno de los departamentos con mayor vocación agrícola, la estación de invierno llegará de manera tardía, según lo que han advertido los meteorólogos.

Los agricultores y conocedores de las labores en el campo sostienen que las primeras lluvias que han caído pueden ser aprovechadas para la siembra, particularmente de maíz.

En lo que tiene que ver con la producción de este grano, la misma se ha reducido cada año. En 2021 la cosecha de este grano fue de 7.5 millones de quintales por las escasas lluvias y otros factores incidentales.

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En los últimos años, Honduras ha producido unos tres millones de quintales de frijoles. Se hace notar que desde 2015 el país ha logrado auto-sostenibilidad en la cosecha de este grano.

En los últimos 40 ó 50 años, los precios de los alimentos han tendido una tendencia al alza.

La situación de este año es compleja, porque el mundo cambió drásticamente a resultas de la pandemia que generó una subida en el valor de los fletes, y por el conflicto armado en Europa que pone más presión sobre el precio de los fertilizantes y otros insumos utilizados en las faenas del campo.

No debería de haber desabastecimiento de granos básicos en el actual período si son bien manejadas las importaciones y las proyecciones de siembra y cosecha. El IHMA tiene que reactivarse y ser un regulador de precios mediante una adecuada gestión de las reservas, en opinión de los entendidos.

Honduras tendría que contar con una disponibilidad de granos para el abastecimiento de por lo menos seis meses de demanda del mercado interno.

Las autoridades gubernamentales calculan que se necesitarían no menos de 4,000 millones de lempiras para la reactivación del aparato agrícola.