Mientras miles de turistas recorren las calles de Coxen Hole, Roatán, Islas de la Bahía, para disfrutar de las maravillas que ofrece el paraíso en el caribe hondureño, Ángel Cálix, ha dejado de lado el traje de baño, las gafas y el sombrero, su recorrido por las playas no tiene nada que ver con placer, por el contrario busca poder vender naranjas condimentadas y así tener dinero para comer.

Han pasado 10 años desde que este hondureño perdió su empleo y no ha logrado volver a colocarse, vende sus naranjas preparadas a L5, sus clientes deciden si quieren echarle especias o tajín y para los que le gusta el picante, chile.

La historia de Cálix se ha viralizado en redes sociales ya que muestra el contraste de lo que generalmente muestran en la Isla, en el noticiero local Momento Informativo expone el déficit en la generación de empleos incluso en una de las zonas más desarrolladas de Honduras.

"Gracias a Dios las naranjas se me venden como pan caliente, lo hago con la mejor actitud, vendo mis naranjitas para salir adelante", dijo don Ángel.

Sin embargo, desea un trabajo formal que le permita tener mayor cobertura en salud y otros beneficios que brindan las leyes hondureñas, mientras tanto, seguirá recorriendo las calles de Coxen Hole vendiendo sus naranjas.

"Quiero encontrar trabajo, tengo que trabajar para salir adelante", dijo el emprendedor.

El isleño relató que vivía con unos parientes, ya que sus hijos están en otra parte del país, por lo que tiene que trabajar todos los días para mantener sus gastos personales.

El Observatorio de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras  (UNAH) detalla que hasta junio de 2023, más de 280 mil personas estaban desempleadas en el país.

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