Entre más cerca están los comicios primarios, menos opciones parecen ser viables para superar las diferencias entre los partidos en contienda y el Consejo Nacional Electoral, así como los desacuerdos en el seno de las instituciones políticas y el órgano colegiado.
Como se sabe, la presidente por ley del órgano colegiado, Rixi Moncada, suspendió la sesión del jueves y anunció que la misma se reanudará este domingo para votar por el esquema de conteo municipal de los votos.
Éste es apenas uno de los temas que han generado posiciones extremas. Los consejeros no se han podido poner de acuerdo en torno a la apertura de las urnas el 14 de marzo y la emisión de las credenciales para los representantes ante las mesas receptoras de votos.
Dirigentes de los partidos nacional y liberal han hecho llover mojado sobre la consejera Moncada, a quien acusan de seguir una supuesta estrategia trazada por el ex presidente Manuel Zelaya Rosales para entorpecer la consulta y abrirle paso a la las propuestas populistas de la cuarta urna y de la Constituyente.
Politólogos consultados por HRN son de la opinión que el país está muy próximo a que se cree una nueva crisis política que vendría a sumarse a la difícil situación económica y social que abate a la gran mayoría de la población.
Segmentos ligados con la oposición, de su lado, tienen la certeza que el partido en el poder ha maquinado todo un plan favorable al continuismo. Con ese propósito es que no fueron aprobadas las reformas electorales de fondo, sostienen los disidentes.
Analistas de patio señalan que, en lugar de avanzar en los temas de consulta y de profundizar la democracia, el país ha ido hacia atrás en este tema vital.
Por encima de las propuestas para salir de la problemática compleja de Honduras, está la incertidumbre alrededor de la emisión de la nueva cédula de identidad, la depuración del censo, la conformación de las mesas, la reelección y la segunda vuelta.
Lo que se concluye es que la creación del Consejo Nacional Electoral no ha sumado a la institucionalidad política, los partidos políticos están sumergidos en los vicios de siempre y la voluntad popular está lejos de ser legitimada.
