El joven, identificado como Pedro José Benítez, originario de Medellín, Colombia, hace 10 años, en 2013, cuando ya no encontraba razones para seguir adelante, debido a la pérdida de movilidad en sus manos y piernas, encontró una nueva pasión: la pintura.

A pesar de los desafíos, empezó a pintar con la boca y con el tiempo desarrolló una habilidad notable.

"Yo empecé por terapia decorando alcancías y todo eso, pero no movía el cuello ni nada. Y ya Dios puso a las personas correctas para que fuera avanzando y cuando recuperé el movimiento del cuello me puso las personas perfectas para avanzar en este arte. Me devolvió las ganas de vivir", relató Benítez en una entrevista con Caracol TV.

Lo que comenzó como una terapia se convirtió en su medio de vida y fuente de motivación. A través de su arte, pintando paisajes y luego retratos y otras obras más complejas, Pedro José Benítez empezó a generar ingresos y satisfacer las necesidades de sus clientes.

En un mensaje a todas las personas que enfrentan circunstancias similares y creen que la pérdida de una parte de su cuerpo limita su crecimiento personal, Benítez afirmó: "Los límites se los traza uno. Yo creo que yo me los tracé mucho tiempo, pero ya me cambié el chip, ahora tengo otro chip y esto es lo que hago ahora. Trato de demostrarle a más personas que si yo hago esto con la boca, se pueden hacer muchas más maravillas con los pies y con las manos".

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