• Hasta el 15 de junio, los casos pasaron de 1,085 a 2,605, lo que representa un incremento de 140 por ciento.
  • Para hacer retroceder la pandemia, el enfoque debe ser preventivo. Autoridades de la gestión de riesgos han subrayado que esta finalidad es la que busca la estrategia de intervención “casa por casa” que ha comenzado el martes.
  • Ayer, la ciudad vivió una nueva jornada trágica, porque el Hospital Escuela, el Seguro Social y el Instituto Cardiopulmonar reportaron, en su conjunto, 14 víctimas.

El Distrito Central está en la fase cinco de la pandemia del covid-19. Al menos 60 personas han muerto y los casos positivos sobrepasan los 2,500.

Éstas son las cifras de la capital en turbulencia epidemiológica. Ayer, la ciudad vivió una nueva jornada trágica, porque el Hospital Escuela, el Seguro Social y el Instituto Cardiopulmonar reportaron, en su conjunto, unas 14 víctimas.

La pandemia está impactando con más violencia en la capital, tal y como se había anticipado, por las condiciones más deplorables de su sistema sanitario, la falta de planificación y de coordinación de una estrategia de contención y el comportamiento de la población que ha relajado las medidas de prevención.

En respuesta al desbordamiento de los hospitales y centros de salud, está en ejecución un programa que va a la caza de los infectados por el nuevo virus en los barrios y colonias de las zonas con más alta prevalencia.

Es la opción que resta, porque -frente a la multiplicación exponencial de los diagnósticos- de nada servirá que se amplíe el número de camas y camillas y que se extienda el suministro de equipo especial.

Lo ideal era que la población no se contagiara por el nuevo virus a la vez, sino de manera gradual para disminuir la carga sobre el aparato asistencial.

No ocurrió así. Lo que es viable es reducir la oleada que sufren los hospitales, mediante la identificación de los pacientes y su tratamiento oportuno antes de que su estado se agrave.

Para cumplir con dicho cometido, los equipos que se desplazan por los sectores habitacionales más vulnerables al patógeno evalúan “in situ” a los pobladores que tienen síntomas de preocupación y aquéllos que no muestran signos de estar infectados.

Esta clasificación permite que los pacientes en condición estable inicien el tratamiento y permanezcan aislados en sus casas, y que los enfermos delicados sean trasladados a los hospitales en la etapa temprana en la que no esté en riesgo su vida.

Para hacer retroceder la pandemia, el enfoque debe ser preventivo. Autoridades de la gestión de riesgos han subrayado que esta finalidad es la que busca la estrategia de intervención “casa por casa” que ha comenzado el martes.

Los datos estadísticos confirman que el Distrito Central está en una fase crítica de casos positivos en ascenso. La interrogante es si aún hay tiempo para aplanar la curva de la pandemia o si el escenario que se avecina es “inevitablemente trágico”.

El departamento de Francisco Morazán ha mostrado un crecimiento de más del treinta por ciento semanal en la cifra de contagiados, mientras Cortés parece tener una dirección hacia el descenso de casos.

En marzo, Francisco Morazán pasó de dos a 39 pacientes positivos, un crecimiento de cerca de dos mil por ciento; en abril, el número de infectados saltó de 43 a 105, correspondiente con un 144 por ciento.

En mayo, la cantidad de personas contaminadas tuvo una variación desde 113 a 1,060, que significa una elevación de más de 800 por ciento; y hasta el 15 de junio, los casos pasaron de 1,085 a 2,605, lo que representa un incremento de 140 por ciento.