• Ya no son únicamente los que estornudan o tosen o los que presentan fiebre los agentes que multiplican los casos en el país, sino los que aún no tienen signos de un cuadro clínico positivo y que se estima representan el 60%

Honduras se encuentra en una fase en la que los contagios son comunitarios; peor aún, cualquiera es sospechoso de estar infectado con el nuevo virus.

Esto es así, porque seis de cada diez enfermos son asintomáticos y son precisamente ellos quienes están ocasionando la propagación del covid-19.

Ya no son únicamente los que estornudan o tosen o los que presentan fiebre los agentes que multiplican los casos en el país, sino los que aún no tienen signos de un cuadro clínico positivo.

Los médicos han alertado que el patógeno que provoca neumonía circula con mayor carga y está en las superficies. El problema es que la población no ha asimilado que el país está por ingresar en una fase en la que no hay control alguno sobre la pandemia.

Este comportamiento se ha observado con más intensidad en el Distrito Central, Francisco Morazán, y en San Pedro Sula y otros municipios del departamento de Cortés, los grandes focos de infección.

En lo que importa a la capital, las autoridades han confirmado que 28 colonias se encuentran bajo vigilancia y algunas de ellas están intervenidas por la cifra abultada de resultados positivos.

La experiencia que más se resalta es la que toca a los sectores de Flor del Campo y La Rosa, donde la detección de contagios es creciente, motivo por el que varios destacamentos permanecen en jornadas extendidas para garantizar que se cumpla el confinamiento.

Los especialistas recordaron que los brotes de covid-19 en el Distrito Central era un hecho anunciado. La población no hizo caso y salió “a tropel” a los mercados, supermercados, gasolineras, farmacias y bancos.

En las últimas muestras, el Distrito Central ha presentado un nivel de positividad del 36 por ciento, una relación muy cercana al 40 por ciento reflejado en el departamento de Cortés.

El desorden también ha prevalecido en la ciudad industrial, considerada el epicentro de la peste por su incidencia y su tasa de mortalidad. Las autoridades han planteado que este término sea cerrado totalmente al menos por los próximos catorce días.

En esa región está vigente un régimen especial de restricciones, pero esta medida no ha servido de mucho, porque la plaga avanza aceleradamente; tanto así, que los principales hospitales Mario Catarino Rivas y Leonardo Martínez están al tope de su capacidad.

Los epidemiólogos estiman que es necesaria la implantación de reglas más estrictas para obligar a la población a guardar las medidas de seguridad orientadas a contener la propagación del nuevo virus.

De manera simultánea se ha determinado como la principal apuesta para contener la evolución del covid-19 la toma de mil muestras de diagnóstico diariamente.

Se espera que, sobre la base de un mapa de la pandemia, Honduras logre controlar la diseminación del virus, aumentar las posibilidades de recuperación de los enfermos y disminuir la tasa de letalidad que varía entre nueve y diez por ciento, la más alta del continente.