La pandemia covid ha intensificado su agresión en 2021. Así lo muestra el recuento de datos procesados por el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager).

Según los registros oficiales, un promedio de mil pacientes son ingresados en los hospitales de la red pública y de éstos la tercera parte presenta un cuadro de gravedad con pronóstico reservado.

Una media de cincuenta contagiados permanecen en unidades de cuidados intensivos. Esa curva se ha mantenido en lo que ha transcurrido de este año.

Las autoridades de los hospitales se han declarado en alarma, puesto que la demanda de pacientes con covid se ha incrementado grandemente.

La presión sobre las salas de cuidados intermedios y extremos es alta. Los principales centros hospitalarios del país no tienen cupo para atender a los infectados por el nuevo virus que son remitidos desde los centros de triaje.

Y en dichos establecimientos de atención primaria y de estabilización el flujo de enfermos se ha multiplicado por varias veces. Si antes llegaban 200 ó 300 personas, ahora acuden entre 400 y 600 sospechosos o confirmados por el nuevo virus.

La crisis es de tal magnitud que los triajes operan como hospitales. Se calcula que diariamente 50 pacientes evaluados en los tales, necesitan ser llevados a los hospitales, porque presentan un estado que podría comprometer su vida.

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En promedio, los centros de triaje de los departamentos con más incidencia como son Francisco Morazán y Cortés, tienen en sus instalaciones entre cinco y 12 enfermos que urgen ser conducidos a los hospitales para que su caso sea tratado debidamente, pero deben hacer fila hasta que se libere un espacio para ellos.

Un factor agravante es que los centros de triaje no tienen las herramientas, ni los equipos e insumos requeridos. Algunos, situados particularmente en Francisco Morazán, Olancho, Yoro y Atlántida, han reducido su cobertura o ya cerraron la atención, debido a que no tienen recursos para sostenerlos.

Hasta el inicio de esta semana, Honduras acumulaba 4,174 defunciones. De este total, 3,234 se produjeron en 2020 y 940 en 2021 con un número de 632 fallecimientos pendientes de ser confirmados.

De ahí se deduce que la mitad de los decesos que registra Honduras desde marzo de 2020 se habrían producido en las primeras semanas de este año.

Honduras se encamina rápidamente a los 200,000 casos positivos y a las 5,000 defunciones por el nuevo virus.

Lo único que queda es hacer conciencia entre la población sobre la contención de la pandemia, puesto que las vacunas apenas han comenzado a llegar y el sistema hospitalario, así como el complejo de triajes se debilitan por falta de asistencia financiera, logística, administrativa y de recursos humanos especializados.

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