Los brasileños dieron una tregua al movimiento intenso de los últimos días en las playas y recibieron 2021 sin los tradicionales espectáculos pirotécnicos y los multitudinarios conciertos musicales, que esta vez fueron prohibidos por las medidas para combatir la pandemia del coronavirus.

La icónica playa de Copacabana, en Río de Janeiro y que llegó a reunir en el pasado a más de dos millones de personas en la nochevieja para recibir al nuevo año, no tuvo esta vez su famosa pirotecnia y fuegos artificiales sobre balsas dispuestas en el mar y que cada año concitan la atención de visitantes de todo el mundo.

El turístico lugar, que tuvo en la semana una nutrida presencia de bañistas, fue quedándose vacío al final de la tarde del jueves y a la medianoche registraba pocos focos de aglomeración, fácilmente controlados y dispersados por las autoridades que durante toda la madrugada celaron las playas cariocas.

El emblemático Cristo Redentor, el principal monumento de Brasil y también localizado en Río de Janeiro, tuvo una iluminación especial para recibir 2021 y homenajear al personal del área de la salud, que ha estado en la línea de frente en el combate a la covid-19.

Brasil, uno de los tres países más golpeados en el mundo en números absolutos por el nuevo coronavirus, terminó 2020 con casi 7,7 millones de casos confirmados y cerca de 195 muertes relacionadas a la covid-19.

En el litoral del estado de Sao Paulo, que suele concentrar una gran cantidad de turistas, la mayoría que se desplazan desde la capital regional los fines de semana, muchos de los municipios ignoraron la determinación del gobernador, Joao Doria, del cierre de comercio y actividades no esenciales durante el Año Nuevo.

A pesar de no acatar la disposición del Gobierno regional, las playas de ciudades como Santos, Guarujá o Praia Grande no tuvieron los espectáculos pirotécnicos y la concentración de personas fue mucho menor que en otros años.

En la región turística región Nordeste, uno de los principales destinos de los brasileños y de muchos extranjeros, la ciudad de Salvador, capital de Bahía, se limitó a la quema de fuegos artificiales y un concierto virtual ofrecidos por la Alcaldía, sin la presencia de personas en las playas.

Recife, otra de la mayores regiones metropolitanas de Brasil y capital de Pernambuco, prohibió el último día del año las mesas de los quioscos playeros y la Policía Militarizada patrulló durante la noche y la madrugada con caballos y motocicletas la famosa playa de Boa Viagem, que acostumbra concentrar miles de personas en la fecha.

Otras ciudades playeras, como Florianópolis -capital regional- y Camboriú, ambas en Santa Catarina (sur, fronterizo con Argentina), y Cabo Frío (Río de Janeiro), registraron un mayor movimiento de turistas para recibir el Año Nuevo y tuvieron la quema de algunos fuegos artificiales.

Manaus (Amazonas) y Río Branco (Acre), dos de las capitales de la Amazonía, realizaron a su vez conciertos virtuales con artistas locales y dispusieron una decoración especial en edificios públicos y algunos balcones de casas para rendir homenaje a las víctimas del nuevo coronavirus en 2020.

Así lució la capital hondureña en fin de año, el video muestra imágenes no antes vistas