El desierto de Arizona es una de las rutas migratorias más peligrosas en busca el desacertado "sueño americano" para muchos latinos que intentan cruzar hacia los Estados Unidos, y que a pesar de la pandemia del coronavirus, el flujo migratorio no se ha detenido, aunque si reducido considerablemente.
A pesar de lo mortal que puede ser cruzar este tramo en Arizona, por sus altas temperaturas y otros peligros que se recorren, los migrantes siguen optando por esta ruta migratoria, y en lo que va del 2020 al menos 1,000 migrantes han sido rescatados de morir en el desierto, según estadísticas de la Patrulla Fronteriza Sector Tucson de los Estados Unidos.
Asimismo, de acuerdo a cifras de grupos humanitarios, en lo que va de año natural se han recuperado ya 96 cuerpos de inmigrantes indocumentados en el desierto de Arizona, y en el 2019 se encontraron 153 restos humanos, según informa El País.
La mayoría de los rescatados en estas últimas semanas han sido hombres originarios de México que viajan solos, aunque también se han encontrado algunos migrantes procedentes del triángulo norte de Centroamérica (Guatemala, El Salvador y Honduras).
La mayoría de migrantes coinciden con la misma historia; son abandonados por los "coyotes" o traficantes de personas que los dejan a la deriva en el desierto y les aseguran que caminando "algunas cuantas horas" llegarán a su destino, sin embargo el desierto es sumamente largo y en su intento caen en medio de la nada, hasta que son rescatados por la Patrulla Fronteriza.
Los traficantes también utilizan otras peligrosas tácticas para que los inmigrantes indocumentados crucen la frontera, como es el de, literalmente, apilarlos unos sobre otros en cajuelas de autos para pasar los retenes establecidos por la Patrulla Fronteriza.
Estas prácticas terminan generando graves daños entre los migrantes, pues al ser rescatados por los agentes fronterizos reciben tratamiento por deshidratación, pero también por lo que los agentes con entrenamiento médico describen como “ataque de calor” o insolación.
Hasta el mismo periodo de 2019, se rescataron al menos 900 migrantes en el desierto de Arizona, es decir un 10 por ciento menos que lo que se han rescatado en el mismo periodo pero de 2020.
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