Una reyerta sucitada en el centro de máxima seguridad de Morocelí, más conocido como “La Tolva” fue el escenario para que los índices de reos fallecidos por muertes violentas en cárceles de máxima seguridad ascendiera a ocho en lo que va de este 2021, reportaron autoridades del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.

Los hechos se dieron en medio de un campeotado de futbol en este centro penal; lo que provocó que muchos reos que perdieron la vida y otros que resultaron heridos se encontraran indefensos y desprevenidos al momento que se realizó el ataque.

Situación que pone en vilo la soberanía y gobernabilidad de las autoridades gubernamentales en el manejo de los presidios a nivel nacional, ya que el patrón de conducta de los reos se va pareciendo más y más al de las granjas penales esparcidas en el territorio nacional y no a las normas que deven de prevalecer en uno de “máxima seguridad”.

Para el coronel Amilcar Hernández, comandante de la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas (FNAMP), existen organizaciones no gubernamentales que reciben fondos económicos; y puso el ejemplo de la Asociación de Familiares de Privados de Libertad; entidad de la cual ha trascendido recibió 250 mil lempiras para tramitar la personería jurídical expresó el uniformado.

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De igual forma indicó que los grupos criminales invierten millones y millones de lempiras para controlar las cárceles.

Según el Observatorio de la Violencia, desde el 2010 hasta la fecha al menos 240 privados de libertad fallecieron de forma violenta en los presidios, siendo el 2019 el año que más crímenes registró con 65 muertes en total.

Y aunque estos números son elevados, la brecha se achica más cuando resalta que tales homicidios han sido cometidos por solo el 15% de la población presidiaria, representada por las maras y las pandillas; acción cuestionada por el comandante de la FNAMP, asegurando que algunas ONG’s solo defienden a los miembros de estas bandas criminales, dejándo solos al 85% restante de los presidiarios.

Para las autoridades del OV-UNAH, el clima en las cárceles es propicio para escuelas del crímen y no para la corrección e incerción a la sociedad de ciudadanos que han cometido una falta y por la que deban de pagar una condena, por lo que sentenció que es lamentable de los centros penales no cumplan a cabalidad los fines con los que fueron creados.

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