En la semana epidemiológica recién pasada se contabilizaron, en un lapso de 48 horas, un centenar y medio de muertos, uno cada 14 minutos.

Lo han dicho los especialistas: Mayo se perfila como uno de los meses más críticos de la pandemia, con el mayor índice de contagios y número de muertos.

Según las cifras oficiales, una media de 40 personas fallecen a causa del nuevo virus diariamente, con una tasa más alta en la zona occidental.

Sin embargo en la semana epidemiológica recién pasada se contabilizaron, en un lapso de 48 horas, un centenar y medio de muertos, uno cada 14 minutos.

Con base en la información del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (SINAGER), la mayor parte de las víctimas mortales en los cinco o seis días precedentes ocurrieron en Yoro, Cortés y Santa Bárbara.

Lo alarmante es que ante la acometida de la pandemia el personal de salud se encuentra inerme. Los centros de triaje no disponen de los suficientes insumos para atender a los pacientes; unos han debido cerrar como ha ocurrido con las salas ubicadas en Yoro, Valle y en Santa Bárbara.

Hondureños utilizando sus mascarillas debido a la pandemia del covid-19. Foto: EFE.

Otras unidades de atención están en operación solamente porque las autoridades locales han readecuado los fondos propios y los escasos recursos transferidos por la Administración Central.

Los hospitales permanecen saturados, con una ocupación muy por encima de su techo de atención. No únicamente los adultos, sino los jóvenes, adolescentes y niños se están muriendo.

Honduras padece las consecuencias de muchas equivocaciones, unas premeditadas y otras atribuidas a la ineptitud de los funcionaros a cargo de la excepcional coyuntura, que se han traducido en una pobre respuesta a la agresividad del nuevo virus.

El tema de la inoculación ha sido tratado dentro de una maraña de justificaciones y una dosis de contradicciones. Los críticos concuerdan en que ha habido desidia para llevar adelante un plan diversificado de contratación y una estrategia meditada en todas sus fases para alcanzar la inmunidad de rebaño en el país.

Honduras está anclado como el que menos vacunas ha gestionado, recibido y suministrado en el área. Aparece en los informes regionales con alrededor de 58,000 dosis, una proporción que se extenderá modestamente con la aplicación de 189,000 compuestos de AstraZeneca que llegaron hace unos días y con una mínima cantidad de la fórmula rusa Sputnik que será entregada en una fecha indeterminada.

El Salvador ya alcanzó el millón de dosis inoculadas, Costa Rica roza las 900,000 vacunas; Guatemala se acerca a 200,000 aplicaciones contra el covid-19 y Nicaragua se aproxima al suministro de 150,000 biológicos.

Y dada la falta de oportunidad con que se ha gestionado la plaga, se considera una prioridad replantear la administración de la crisis sanitaria, basada en la transparencia y en la rendición de cuentas, aparte de promover un pacto nacional para contener la pandemia.

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