Los médicos le indicaron a la madre de la menor realizarle un examen de orina para confirmar o descartar una infección urinaria.
La mujer, de 41 años, acudió a uno de los baños del centro hospitalario para tomarle la muestra de orina a la menor. Sin embargo, demás pacientes comenzaron a escuchar golpes, gritos y el llanto de la pequeña.
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Enseguida, personal médico decidió ingresar al baño y se encontró con la fémina muy nerviosa mientras agredía a su hija, informó el portal Clarín.
La menor presentaba varias lesiones en su cuerpo y un traumatismo de cráneo por los golpes sufridos a manos de su propia progenitora. Afortunadamente, la agresión no comprometió la vida de la pequeña.
Según se indicó la molestia de la mujer se originó porque la niña no podía orinar para sacar la muestra médica que solicitaba el personal médico.
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