Si usted es una mujer que ingresa a la fuerza laboral y es nueva en la negociación, aquí encontrará algunos consejos para prepararse, generar confianza y vencer las probabilidades.

Haga su tarea

Dedique algún tiempo a investigar los rangos salariales para trabajos de nivel inicial en su industria y área. Las leyes de transparencia salarial han hecho que la información salarial esté más disponible que nunca, e incluso si su estado carece de esta legislación, muchos empleadores están divulgando voluntariamente los rangos salariales para impulsar sus esfuerzos de reclutamiento.

Conocer los rangos salariales aproximados para un puesto antes de la entrevista eliminará algunas de las conjeturas de la negociación y le ayudará a decidir si la oferta inicial es justa. También le brinda un punto de partida desde el cual trabajar para sugerir una contraoferta.

Considere el paquete completo

Cuando reciba una oferta inicial, normalmente será por escrito. Léala detenidamente y comprenda todo lo que aparece para poder compararlo con su investigación de mercado y otras ofertas que esté considerando.

Si bien el salario es una parte importante de cualquier oferta de trabajo, los paquetes de contratación también incluyen otros beneficios como atención médica, bonificaciones, estipendios de aprendizaje y desarrollo, tiempo libre remunerado y contribución al plan 401(k). Estos beneficios también podrían estar sujetos a negociación.

Comunique claramente su valor

Al final del día, negociar su salario y otros beneficios se trata de convencer al empleador del valor que agregará a su organización. Si no está satisfecha con la oferta inicial, debe contar una historia persuasiva sobre por qué sus habilidades valen los ajustes salariales y los cambios de beneficios que pueda estar solicitando.

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Para hacerlo, conecte los puntos entre las habilidades que ha adquirido a través de cursos y pasantías y las cualificaciones en la descripción del trabajo. Esto la pondrá en una posición sólida antes de la negociación en sí misma.

Preste mucha atención a su tono y encuadre cuando hable sobre sus cualificaciones. Debe lograr el equilibrio adecuado entre humildad y confianza, que puede ser especialmente complicado para las mujeres. Lidere con hechos específicos y objetivos.

No se disculpe por negociar

Pedir un salario más alto puede resultar incómodo. Para disipar la tensión, es posible que se sienta tentada a recurrir a frases como "Sé que estoy pidiendo mucho" o "No quiero ser difícil".

Pero cuanto más se disculpe, más parecerá que no cree que merece lo que está pidiendo, y si no está segura de que su propuesta sea justa, le resultará mucho más difícil convencer a un empleador de que lo es.

Debido a que a las mujeres se nos suele educar para ser respetuosas desde una edad temprana, es más probable que sintamos la necesidad de disculparnos al negociar, incluso si no creemos que debamos hacerlo.

Para romper con este hábito, recuerde que negociar es una práctica común y algo que la mayoría de los empleadores esperan. Sea paciente consigo misma a lo largo del camino. Como todos los hábitos que es necesario romper, se necesitará práctica.

Recuerde que una negociación salarial puede ser una excelente oportunidad para demostrarle a su nuevo jefe su madurez y capacidad para manejar conversaciones difíciles. Si entra en ella con respeto, no tiene nada que lamentar.

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