El hecho se registró en una granja ubicada en el departamento de San Martín, al norte de Perú, esto cuando su madre se encontraba trabajando en la finca del lugar, mientras que el infante estaba jugando.
El pequeño ingirió accidentalmente ocho agujas inyectables que la mujer usaba para suministrarle medicamentos a las vacas.
Su madre, al percatarse del estado de su hijo, precisamente porque no paraba de llorar, trasladó al infante a un centro asistencial de Juanjuí, en San Martín, aunque posteriormente fue trasladado al Hospital II-2 Tarapoto, en el mismo departamento.
Una ecografía abdominal, reveló las agujas en su interior, siendo intervenido de emergencia.
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Operación del niño
Los doctores tardaron alrededor de dos horas para retirar todas las agujas, mismas que estaban en diferentes partes del estómago y el tracto intestinal del niño.
Las agujas en el interior del pequeño se ubicaban: dos en el peritoneo lado derecho, tres en el izquierdo, uno en la pared abdominal, uno en la vejiga y la otra en el recto.
Las agujas que estaban en la vejiga y en el recto pusieron la vida del infante en riesgo, según el reporte médico del cirujano pediatra, Efraín Salazar Tito, quien se encargó de manejar la operación.
No obstante, los doctores pudieron extraerlas todas tras abrir el abdomen del niño.
Según reportaron los médicos, al pequeño se le lavó el intestino; además, su intestino delgado tiene una pequeña lesión.
Actualmente se encuentra estable y en rápida recuperación. Este estará internado en el hospital durante unos tres días más para que se recupere completamente y sea dado de alta.
Un descuido
Según contó la madre del infante al medio de comunicación América Televisión, el incidente habría ocurrido por un descuido de su parte.
Lo anterior debido a que salió a trabajar a la finca y dejó al niño en la habitación donde estaban las agujas.
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