Óscar es un niño vendedor ambulante de dulces, quien se convierte en el icono de la solidaridad y la bondad en un momento difícil que vive Honduras, tras el paso de la tormenta tropical Eta que dejó muerte, destrucción y miles de damnificados.
Luego de los estragos causados por el fenómeno tropical, miles de hondureños se han unido en una verdadera jornada de solidaridad a favor de quienes lo perdieron todo en el departamento de Cortés y sectores del oriente y occidente del país.
Para el caso, el pequeño Óscar es un vendedor de dulce en el barrio El Way en La Esperanza, Intibucá, quien no dudo compartir de lo poco que tenía y llevó al centro de acopio instalado en el lugar el dinero de sus ventas, una libra de harina de maíz y unas tustacas para ser enviadas a los afectados.
A nivel nacional, las imágenes que dejó el huracán Eta en Honduras, son muy similares a las que dejó el huracán Mitch en 1998 y a las del huracán Fifi de 1974.
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