Las propias autoridades sanitarias del país han tenido que emitir informes y ofrecer declaraciones que esbozan la gravedad de la pandemia en Honduras.
La diseminación del virus está fuera de control, los contagios diarios sobrepasan el millar como promedio y las víctimas mortales se cuentan por decenas. Se calcula que cada media hora fallece un infectado por el nuevo virus; es decir, cerca de medio centenar de muertos por día.
Se han tardado los señores del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager), en dar por un hecho que la variante delta del covid-19 ya está en circulación en Honduras.
Como se recuerda, los médicos que han estado en las posiciones frontales advirtieron que la cepa se multiplica en el país y que los fallecimientos también han subido de manera asombrosa.
Francisco Morazán y La Paz, son los departamentos donde se focaliza el mayor porcentaje de casos positivos de covid, pero el riesgo es generalizado en el resto del territorio nacional, apunta un informe de Sinager.
Autoridades de Salud aseguran que la presión que ejercen los pacientes infectados sobre los hospitales y centros de triaje es demasiado alta. Afirman, asimismo, que la letalidad ha subido sin precedentes.
Los grupos más expuestos son los niños, los jóvenes y las embarazadas, lo que explica la prisa del gobierno para abarcar al mayor número posible de personas inmunizadas.
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Agosto será el período cuando se intensifique la campaña de aplicación de la segunda dosis de la vacuna contra el covid. Se espera que al término de la distancia dos millones de personas estén protegidas al menos con la primera dosis, han reafirmado fuentes gubernamentales.
Hay motivos por qué preocuparse. En más de veinte por ciento se ha incrementado la positividad por covid el El Progreso, Yoro. Solamente en los últimos siete días han fallecido 14 pacientes.
En las zonas oriental, occidental y central no es muy distinto el escenario epidemiológico del covid-19 que ya acumula más de 300,000 contagiados y arriba de los 8,000 muertos.
En San Pedro Sula, se ha disparado en más de 90 por ciento la positividad de covid, mientras los médicos que atienden la pandemia en Olancho, lamentaron que buena parte de la población todavía se rehúsa a aplicarse la vacuna contra el covid-19.
Con la variante delta, Honduras -en todas sus regiones- está en la encrucijada por el covid-19, con un programa de inmunización lento y todavía sin una estrategia de intervención urgente.
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