No habrá descanso hasta concretar la recaptura del jefe de la Mara Salvatrucha, Alexander Mendoza, alias "El Porkis", y la detención de los responsables de asalto que permitió su liberación en El Progreso, Yoro.

En esos términos se ha planteado la advertencia de los órganos de Seguridad y de investigación criminal a nivel nacional, que ya registran cinco detenciones de sospechosos de haber participado en el ataque en el que murieron cuatro elementos de la Policía Nacional y del Ejército, cuando resguardaban al cabecilla de la MS-13 en los juzgados de El Progreso.

El Gobierno ha elevado a dos millones de lempiras la suma ofrecida por dar con el paradero de alias "El Porkis".

Voceros de las fuerzas de seguridad han reconocido que es necesario evaluar lo que ocurrió el jueves en la sede judicial de El Progreso, Yoro, y no emitir juicios de valor acerca de las flaqueza del sistema del que se valieron los malhechores para lograr su cometido.

La Corte Suprema de Justicia condenó el brutal ataque. La superioridad de ese Poder del Estado se ha comprometido a reforzar la seguridad en las sedes judiciales, además de poner en marcha los juicios virtuales que evitarán el traslado de reos peligrosos.

Hay que coordinar las acciones entre las fuerzas de seguridad y los operadores de justicia, con el objetivo de dirigir y replantear las capacidades de las instituciones que persiguen el delito y que imparten justicia, a juicio de entendidos entrevistados por HRN.

Criminólogos abordados por esta casa de radio interpretan lo sucedido en Yoro como un fuerte mensaje para el Gobierno y para los órganos del orden.

Desde el punto de vista de tales críticos, se ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la Policía, por lo que es necesario enfrentar con mayor fuerza a los criminales que han evolucionado en sus quehaceres.

¿Es un desafío para las autoridades del país? Analistas del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras afirman que no hay duda de ello.

Las cifras sobre la criminalidad señalan que en 2020 han muerto 21 policías en cinco escenas sangrientas. En el mismo período del año pasado se habían registrado 20 víctimas pertenecientes a los cuerpos de seguridad. Desde 2015 a la fecha, han sido ultimados 120 policías y 77 militares.