• El talón de Aquiles en el manejo de la urgencia de salud es cómo bajar la tasa de letalidad que en las últimas semanas apenas ha bajado del 10 al siete por ciento. Aun así, es el porcentaje más alto de mortalidad en todo el continente.
  • Honduras es el país con menor cantidad de sobrevivientes: Un poco más de un centenar, en contraposición a los resultados obtenidos por El Salvador, Costa Rica y Panamá, donde el número de recuperados va desde los 200 hasta los 700 pacientes.

Hasta ahora dos de los 18 departamentos y 233 de los 298 municipios no registran casos positivos del nuevo virus. Esto se traduce en el hecho que el 89 por ciento de los departamentos y el 21 por ciento de los términos municipales ya se encuentran en la red de infección del covid-19.

Cortés es donde se encuentra el brote más importante de propagación. Los municipios mayormente afectados son: San Pedro Sula, Villanueva, Choloma, La Lima, Pimienta, San Manuel y Puerto Cortés.

En Francisco Morazán, casi todos los cuadros se presentan en el Distrito Central. Le siguen: Santa Ana, Orica, Tatumbla, Lepaterique y Sabanagrande.

Colón reporta los términos de Santa Fe, Tocoa, Trujillo y Sonaguera como los más afectados por la pandemia. En Atlántida, los centros de contaminación se encuentran en La Ceiba, Esparta, Tela y El Porvenir.

Yoro también es un escenario donde se propaga el nuevo virus. La población atacada por el patógeno es la que vive en El Progreso, Yoro y Santa Rita.

La pandemia tiene un claro perfil: Los más afectados son los jóvenes, cerca de la tercera parte de pacientes tiene enfermedades crónicas de base y la mayor carga de incidencia cae sobre los hombres.

El grupo de la población que reporta más diagnósticos positivos son los comprendidos entre 31 y 60 años, pero el dato que más preocupa es que al menos uno de cada 14 enfermos es un menor de edad, una relación que se ha incrementado progresivamente.

Un segmento muy vulnerable está compuesto por los hipertensos, los que padecen otras cardiopatías y los diabéticos, quienes constituyen alrededor del 25 ó 30 por ciento de los contagiados por el nuevo virus.

En estado de tales pacientes está mucho más comprometido, ya que el virus que provoca neumonía atípica es un proceso infeccioso e inflamatorio que agrava su condición de base.

El Covid tiene una clara inclinación de género. En Honduras, el 60 por ciento de los infectados son hombres y el 40 por ciento de los casos son mujeres.

El talón de Aquiles en el manejo de la urgencia de salud es cómo bajar la tasa de letalidad que en las últimas semanas apenas ha bajado del 10 al siete por ciento. Aun así, es el porcentaje más alto de mortalidad en todo el continente.

Mientras en el resto de naciones del área, la relación va de uno a tres muertos por cada cien enfermos, en Honduras siete de cada cien infectados mueren a causa del nuevo virus. Son, casualmente, los adultos mayores entre 70 y 80 años los que pierden la batalla frente al Covid.

También es el país con menor cantidad de sobrevivientes: Un poco más de un centenar, en contraposición a los resultados obtenidos por El Salvador, Costa Rica y Panamá, donde el número de recuperados va desde los 200 hasta los 700 pacientes.

¿Cómo revertir esta tendencia? Sólo hay una respuesta para obtener esa posibilidad: Incrementar la detección de casos, con el fin de que los pacientes no presenten cuadros severos y mucho menos que lleguen a ser conectados en unidades de cuidados intensivos.

En general, Honduras es el país más débil de la región ante la fuerza arrasadora de la peste, debido al calamitoso estado de su sistema de salud, la falta de planificación, la carencia de insumos, la dispersión de esfuerzos y la tela de juicio en que es colocada la gestión de riesgos. Todo esto hace que el Covid plantee una batalla entre “David y Goliat”.