Hasta el momento la Eurocopa 2020 no ha defraudado. Y es que, en definitiva, cabe mencionar y resaltar el muy buen nivel competitivo, la dinámica y la intensidad de cada partido considerando, asimismo, como elemento aleatorio muy importante las intensas temporadas que han desarrollado los futbolistas con sus respectivos clubes.

Eso habla muy bien del profesionalismo y de la muy buena preparación física de todos ellos, sin excepción; de los que han clasificado a octavos de final, así como los que han quedado eliminados.

En esta recientemente finalizada fase de grupos es evidente que España sufrió altibajos en la primera parte con los empates ante Suecia y Polonia, pero finalmente pasó con muy buenas sensaciones goleando a Eslovaquia.

Alemania y Portugal, por su parte, coquetearon con la eliminación en el "grupo de la muerte" con una selección húngara que, pese a haber caído en esa fase, empató contra Francia y ante los alemanes, con lo cual estuvo a diez minutos de pasar a la siguiente instancia.

Solo hubo tres selecciones que lograron el pleno de victorias siendo, además, auténticas aplanadoras en sus respectivos grupos. Hablo de Países Bajos, Bélgica e Italia -que dicho sea de paso ni siquiera recibió goles en la fase de grupos-.

Si hablamos de decepciones quizá una de ellas fue Turquía, de la que se esperaba un buen papel pero que se marchó sin puntos. Otra decepción podría ser Polonia que, con el aporte de Robert Levandowski, se creía que pudiera tener una participación más que decorosa.

Ahora bien, los resultados de cada uno de los grupos fueron estableciendo las posiciones en cada uno de ellos y, en función de las posiciones, se arman los cuadros de octavos de final. Y, al crearse esos cruces entre 16 selecciones nacionales, queda ya preestablecido cuál es el camino de cada una de ellas.

Entonces, ¿resulta demasiado audaz decir que el ganador de Alemania-Inglaterra jugará la final en Wembley? Veamos porqué no es tan audaz esta aseveración.

En los cruces y en los caminos que cada selección deberá recorrer encontramos, por un lado, los partidos Bélgica-Portugal, Italia-Austria, Francia-Suiza y Croacia-España; en esta columna evidentemente hay muchos candidatos al título. Está Francia, Bélgica, Italia, España, Croacia y Portugal.

Foto: Marca / Cortesía

Tal vez Austria y Suiza sean selecciones que aparezcan por debajo en cuanto a las posibilidades de las demás pero, sin duda, este camino es el más complicado de todos porque, por ejemplo, si Bélgica le gana a Portugal tendría que medirse contra Italia -tras un hipotético triunfo frente a los austriacos-, en Múnich, por los cuartos de final y si, como presuponemos, Francia le gana a Suiza, en San Petersburgo deberá enfrentarse a Croacia o a España. Imagínense el escenario entre franceses y croatas (…) Sería una especie de revancha de la final del último mundial.

Y después entre los eventuales cruces Bélgica-Italia y Francia-España saldrían otros semifinalistas y, lógicamente, solo una podrá llegar a la final.

En el otro camino, el que deben recorrer Alemania e Inglaterra, la situación aparece mucho más favorable para estas selecciones que jugarán en Londres porque, en esa senda, además están los cruces Suecia-Ucrania, Países Bajos-República Checa y Gales-Dinamarca. Veamos, pues, que existe una sensible diferencia cualitativa en los niveles que habitualmente pueden presentar estas selecciones.

¿Por qué insisto en que el ganador de la serie Inglaterra-Alemania puede jugar la final en Wembley? Porque el ganador de este cruce se enfrentará al que triunfe en el Suecia-Ucrania, rivales teóricamente accesibles.

Por el otro lado, en las series Países Bajos-República Checa y Gales-Dinamarca, los neerlandeses aparecen como favoritos para enfrentar a galeses o daneses en los cuartos de final.

Sin embargo, en una eventual semifinal entre Países Bajos e Inglaterra o Alemania, considero que cualquiera de los dos será capaz de superar a la Naranja Mecánica.

Por esa razón, y porque el cuadro está preestablecido, afirmo que el ganador de la llave entre Alemania e Inglaterra podría volver a Wembley, pero para la final del 11 de julio.

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