En las últimas horas fue presentado el director de fútbol femenino que ocupará ese cargo en la Federación Nacional de Fútbol de Honduras (Fenafuth). El profesor Juan Carlos Tenorio, de origen mexicano, llegará para instrumentar el plan de desarrollo de esta disciplina que hace unos días compartieran autoridades de la federación.
El docente se ha venido desempeñando como entrenador de jovencitas de 6 a 16 años que asisten a la Fundación Gonzo Soccer, que rectora la exfutbolista azteca Mónica González y que desde varios centros de enseñanza en México se ha expandido en ciudades de Colombia como Medellín y Pereira.
En Honduras tenemos décadas de atraso en la proyección del fútbol femenino, pese a los constantes recursos que a tales efectos sigue proporcionando la FIFA.
Parece que ha llegado el momento de destinar esos fondos al objetivo real, después de haber sido superados ampliamente en organización y desarrollo por federaciones vecinas como Costa Rica, Guatemala, Nicaragua, El Salvador sin mencionar a verdaderas potencias de Concacaf como Estados Unidos, Canadá y México.
Si para el 2023 se presupuesta la vigencia de una Liga Femenina de Fútbol, debemos suponer que hasta esa fecha, el trabajo del docente designado estará orientado a la formación de jovencitas con capacidad para conformar las selecciones, que por mandato de FIFA y Concacaf deben participar en los torneos regionales.
Este caso del fútbol femenino se suma a otras asignaturas pendientes como el Fútbol Playa y el Futsal, disciplinas en las vergonzosamente estamos ausentes desde principios de siglo.
Todas las movidas anteriores en estos sectores han sido solo intentos cosméticos para cumplir mínimamente con los requisitos y obligaciones que demandan las autoridades de la zona y del mundo.
En algún momento el licenciado Rafael Leonardo Callejas, Q.D.D.G., procuró tercerizar alguno de estos deportes para que la Fenafuth cumpliera los mandatos pero evadiendo responsabilidades directas.
Esperemos que en esta ocasión el camino sea el adecuado y el que corresponde.
Con el talento natural que existe y la logística en materia de escenarios (gimnasios y cadenas kilométricas de playas), ¡no son admisibles más maquillajes!
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