Las elecciones primarias a las que están abocados 4.8 millones de hondureños son la vía para darle un giro a la realidad del país, a juicio de organismos de la sociedad civil que activan contra la corrupción.
En un pronunciamiento hecho público por el Consejo Nacional Anticorrupción, se hace hincapié en que “solo el poder que tiene la ciudadanía en sus manos puede botar a los enemigos del pueblo y liberar a Honduras de quienes se burlan de la necesidad de los más desposeídos”.
Para los líderes de la sociedad civil, la clase política “se ha esmerado en boicotear y ensuciar el proceso electoral al no garantizar la transparencia ni las reglas claras”.
Sin embargo, estos críticos de la realidad nacional tienen claro que los ciudadanos deben ser responsables y cumplir con su deber de contribuir a profundizar la democracia y consolidar las instituciones del país.
Votar masivamente es “urgente”. Así lo han señalado también los académicos y sociólogos que observan la jornada comicial de este domingo como una oportunidad para que los hondureños hagan que su voto “cuente” y “sume” a favor de la construcción de la democracia participativa.
De su lado, la jerarquía de la Iglesia Católica ha remarcado en la necesidad de recuperar la democracia frente a una realidad innegable: “Honduras carga con una clase política ciega y sorda que no ve la miseria del pueblo, no escucha el clamor de la mayoría que hace años pide a gritos cambios en la conducción del Estado”.
¿Perdieron los políticos la vergüenza, están más preocupados por mantenerse en el poder para seguir apropiándose de los privilegios como parte de una burocracia inoperante? La respuesta, en términos generales, es sí.
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