De otra parte, la Coalición integrada por partidos de diferente divisa política para hacer contrapeso a la gestión de Xiomara Castro y Manuel Zelaya Rosales, abre una nueva grieta en nuestra endeble democracia.

La integración del bloque antagónico a la refundación de Honduras que proclama Libre, ha provocado un cisma y convertido en un hormiguero la actividad política nacional.

Estamos aprisionados entre la propuesta de la derecha para el presunto rescate de la democracia, y un gastado discurso del Gobierno referido a una lucha contra los remanentes de la narcodictadura, y a una batalla para responder a los ataques de las fuerzas conservadoras.

Estas posiciones encontradas van en subida. El Bloque Ciudadano de Oposición realizó la primera marcha el fin de semana y el Gobierno ha convocado para mañana a sus bases integradas en los Colectivos de Libre.

Ciertamente, ninguna de tales plataformas de choque estará en sintonía con el fortalecimiento de nuestro Estado de Derecho y el desarrollo pleno de Honduras si no hay transigencia y si no se madura un diálogo incluyente y sincero de todos los sectores del país.

De su interés Buses del Distrito Central operan parcialmente por alza a los combustibles

Nuestros problemas tienen raíces muy profundas y no pueden ser abordados al calor de la convocatoria a marchas callejeras y convulsas, unas; o de motivaciones políticas, otras.

Convenimos con los líderes empresariales y referentes de la opinión pública que nuestra Honduras requiere de un pacto para a generación de empleos, la llegada de capital extranjero y, en suma, para el desarrollo de Honduras.

Unos tres millones de hondureños tienen problemas de trabajo, treinta mil plazas laborales se han cerrado en el primer semestre de 2023, la emigración de hondureños desmotivados porque ya no pueden sobrevivir en su tierra, se ha incrementado en 25 por ciento, y el ingreso de recursos foráneos ha caído en 40 por ciento.

Por culpa la corrupción y de la impunidad, nuestro país pierde 3,000 millones de dólares anuales, el 64 por ciento de los hondureños vive en la pobreza y casi el 80 por ciento de nuestra economía se desarrolla en el sector informal.

Con estas cifras de referencia, nos preguntamos: ¿Es la intolerancia, el revanchismo y la ideología nuestras herramientas para establecer una visión de país? ¿Está la respuesta a nuestras calamidades en la formación de bloques políticos?  Definitivamente No.

Nuestra prioridad no es otra que la de construir un pacto por el empleo, la atracción de inversiones, la competitividad, la rendición de cuentas y el balance entre los Poderes del Estado; en fin, un cambio de ruta hacia el dinamismo económico, la justicia social y el adecentamiento político.

Siga leyendo El déficit comercial de Honduras disminuyó 12% en primer semestre, hasta 3,486.6 millones