El cierre del aeropuerto Toncontín para vuelos internacionales se da como un hecho irreversible, una vez que entre en operación la terminal de Palmerola, en Comayagua, en el breve plazo.

Grupos representativos de opinión pública sostienen que el aeropuerto de Tegucigalpa tiene una sentencia fatídica con repercusiones sobre la economía, además de un fuerte impacto en el turismo y comercio local.

Los empresarios, industriales y grupos de originarios y residentes del Distrito Central han proyectado que la limitación de las actividades de la terminal aérea traerá la muerte de la capital.

Versados en la temática sostienen, por su parte, que lo más pertinente es que Toncontín sea utilizado para las rutas domésticas y regionales. El objetivo fundamental es que No se deje en el olvido a Tegucigalpa.

¿Cuál es el análisis de los políticos? Dirigentes del partido en el poder proponen la realización de un cabildo abierto para que sean los capitalinos quienes se pronuncien sobre el futuro de Toncontín.  

Aspirantes a cargos de elección por parte de instituciones políticas en la oposición consideran que la decisión de trasladar todas las rutas internacionales a Palmerola es "un error" que No debió cometerse sin explorar otros planes.

Poniendo en la balanza los distintos argumentos sobre el aeropuerto de Tegucigalpa, se puede deducir que el Gobierno tendría que buscar avenidas para que la economía local No perezca, una vez que Toncontín quede fuera de los itinerarios de las líneas aéreas foráneas.

¿Es una solución que la terminal capitalina quede abierta para rutas domésticas y regionales? Los analistas concuerdan que Sí y que es urgente que se ponga en marcha mientras los planes de vuelo se son conducidos a Palmerola.

El traslado del aeropuerto capitalino es un tema viejo que está por llegar a su desenlace. De nuevo se ha activado la confrontación entre quienes están a favor y los que se expresan en contra de que Toncontín sea reducido a una modesta pista de despegue y aterrizaje.

Ahora que se ha llegado a este punto, lo que cabe es impulsar un debate con la participación de todos los actores, con vistas a encontrar un equilibrio entre la economía, el turismo, las múltiples opciones de transporte, los proyectos de construcción de centros logísticos y las posibilidades de Honduras de insertarse en la ruta del desarrollo.

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