La asunción al poder de Xiomara Castro generó expectativas, particularmente porque se trata de la primera mujer en tomar la administración del Estado de Honduras.

Llegó a la primera magistratura de un país impactado por una crisis sin parangón en los órdenes económico, social y político, aparte de los problemas estructuras que Honduras ha arrastrado desde siempre.

La herencia de Castro se resume en una pobreza de más de 70 por ciento, medio millón de puestos perdidos por la pandemia, el hundimiento del Producto Interno Bruto (PIB), en diez puntos, una impunidad que sobrepasad el 90 por ciento y un nivel de corrupción que se traduce en más de 70,000 millones de lempiras al año que se llevan los "deshonestos".

Cuando casi cumple cien días de haber tomado el cargo, la gestión de la ex primera dama es calificada como positiva, por unos; y negativa por otros segmentos. Lo cierto es que los retos de la gobernante son grandes y sus promesas de campaña, bastante ambiciosas.

La elección de una mujer como titular del Poder Ejecutivo sienta un precedente y genera esperanza, pero los críticos señalan que el ejercicio del poder debería de ser más visible y menos dirigido desde la sombra.

No es lo mismo ser electo que gobernar, a criterio de los politólogos que han meditado en que una vez superado el reto de llevar a una mujer a la cima de Honduras, ahora corresponde tomar el desafío de ejercer "visiblemente" el poder.

Hay quienes sostienen que la victoria de Castro en los comicios de noviembre de 2021 abrió una nueva era para las mujeres, pero estos resultados no necesariamente fueron posibles por su condición de mujer, sino por la coyuntura del país.

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Y es que la esposa del ex mandatario Manuel Zelaya Rosales se presentó como candidata a la primera magistratura respaldada por una plataforma de compromisos orientados a refundar Honduras, luchar contra la corrupción,  combatir la impunidad y, en general, de provocar una transformación del país.

En sus primeros meses en funciones, a la gobernante le ha tocado enfrentar manifestaciones de descontento de diversos sectores y, además, el empeoramiento de la economía y de las finanzas del país con serias repercusiones sociales por factores domésticos y otros externos derivados de la convulsión armada en Europa.

¿Cuáles son los principales logros y las deudas del gobierno de  la presidente Castro? Entre los puntos a favor se cuentan la derogación de la Ley de Secretos y de las ZEDES.

Y entre las debilidades de los primeros cien días de la administración del Partido Libre se destaca el hecho que no se hayan emprendido acciones contundentes para el rescate de la empresas públicas, particularmente de la ENEE y HONDUTEL; la disminución de la inflación, que es el peor impuesto para el pueblo, el alivio de la deuda pública, y los precios de los carburantes. No se han planteado respuestas para esos temas.

En cambio, se ha avanzado rápido en la batalla contra la corrupción, como lo demuestran las gestiones dirigidas a la instalación de la CICIH.

Otro de los aspectos destacados por los entendidos se refiere a la política exterior. Es lo que se considera como un "inteligente" fortalecimiento de las relaciones entre Honduras y EE UU y el sostenimiento de la mirada de Honduras hacia Taiwán y no tanto hacia China Continental.

Cuando están por cumplirse los primeros cien días de la administración de la presidente Castro, los hondureños permanecen expectantes de que se cumpla la promesa de transformación asumida por una mujer al jurar en el cargo.

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