La reforma fue respaldada por los 158 diputados, de un total de 300, de que dispone tras las elecciones del pasado junio la conservadora Nueva Democracia, del primer ministro Kyriakos Mitsotakis, mientras que todos los partidos de la oposición votaron en contra, desde la extrema derecha a la izquierda radical.

Durante una intervención en el Parlamento previa a la votación, el ministro de Trabajo, Adonis Georgiadis, defendió su proyecto de ley y aseguró que "ni elimina la jornada de ocho horas ni (la semana) de cinco días".

El Gobierno argumenta que la ley flexibiliza el horario para reducir el trabajo y las horas extraordinarias no declaradas y así protege a los trabajadores.

La reforma permite a los trabajadores tener voluntariamente un segundo empleo, de un máximo de cinco horas diarias, junto a su actividad principal de ocho horas al día.

Además, establece que las empresas de varios sectores pueden imponer un sexto día laboral por el que los trabajadores recibirán un 40 % adicional sobre el salario diario.

Actualmente, según el medio Expansión, el sueldo promedio de los trabajadores en Grecia es de  831.80 euros (casi 22,000 lempiras) , por lo que con el incremento de 40% este rondaría en 1,164.52 euros (casi 30,800 lempiras).

Pese a que la reforma establece que esto puede suceder "en condiciones excepcionales", tanto los sindicatos como la oposición argumentan que en la práctica la ley convertirá los seis días laborales por semana en algo común, teniendo en cuenta también las "casi inexistentes" inspecciones de trabajo.

Asimismo, la reforma introduce contratos para "empleados de guardia" que prácticamente no tendrán un horario fijo sino que trabajarán cuando su empleador lo requiera, siempre y cuando sean notificados al menos 24 horas antes.

Rechazo de los trabajadores

Entretanto, miles de griegos se manifestaron ayer en las principales ciudades de Grecia contra la nueva ley laboral presentada por el Gobierno conservador que permite a las empresas imponer un sexto día laboral y variar los horarios de los empleados para adaptarlos a las necesidades de producción.

Más de 6,000 personas, según la Policía, protestaron en el centro de Atenas, en una marcha dentro de la huelga de 24 horas convocada por ADEDI, el sindicato de funcionarios, y a la que se han sumado los trabajadores del transporte urbano, así como el personal sanitario de los hospitales, docentes y profesores.

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"No nos convertiremos en esclavos modernos" y "las ocho horas de jornada fueron y serán una conquista de los trabajadores", se podía leer en algunas de las pancartas de los manifestantes, que marcharon hasta el Parlamento, en la céntrica plaza de Syntagma.

Miles de personas protestaron también en Salónica, la segunda ciudad de Grecia, así como también en Patras, Larisa y otras urbes del país.

En las manifestaciones de la capital participaron también el jefe del grupo parlamentario del principal partido de oposición, el izquierdista Syriza, Sokratis Famelos, así como el secretario general del Partido Comunista de Grecia, Dimitris Kutsubas.

Syriza señaló en un comunicado que el Gobierno avanza hacia la "plena desregulación" de derechos laborales fundamentales, como la jornada de cinco días y las ocho horas "en beneficio de los grandes intereses empresariales".

La ley será sometida a la votación del Parlamento hoy mismo y se espera que sea aprobada, ya que la conservadora Nueva Democracia de Mitsotakis goza de mayoría absoluta tras las elecciones del pasado junio, en las que obtuvo 158 de 300 escaños.

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