El año 2021 inició con un buen flujo de las remesas familiares, hoy consideradas la columna vertebral de la economía.

Un informe del Banco Central de Honduras (BCH) indicó que en enero se registró un incremento en el envío de las divisas, cuya gran parte proviene de Estados Unidos.

En las primeras dos semanas se contabilizó un ingreso por el orden de $321.9 millones, valor superior en 14.3 por ciento respecto de la misma fecha del 2020. Proyecciones.

El economista Rodulio Perdomo avizora un crecimiento en las remesas para este año. “Se había pensado que en el 2020 iban a decrecer. No bajaron porque en gran parte los emisores de remesas que viven en los Estados Unidos y España de alguna manera apoyaron un poco más a sus familias y enviaron más remesas por motivo de precaución. Especialmente porque si reelegían a Donald Trump las deportaciones iban a ser masivas. Ahora que se ha relajado el tema con el presidente Joe Biden va a haber un poco más de estabilidad y de recuperación de la economía norteamericana”, refirió Perdomo.

La situación en mención puede implicar un crecimiento hasta de 3 por ciento en las remesas, según el economista, porque gran parte de los compatriotas están en trabajos indispensables.

Cambios

Perdomo indicó que es una necesidad que en el tema de remesas haya un cambio sustancial para que estas sean bien utilizadas. “Es importante y urgente que haya un cambio instrumental en las remesas es decir, las remesas le sirven macroeconómicamente al país porque con eso se pagan las importaciones. Son importantes porque los bancos ganan millones, pero no estamos viendo el potencial que tienen esas remesas para impulsar el desarrollo. Necesitamos un cambio sustancial de las políticas públicas para potenciar de una manera más fuerte las remesas”, expresó el economista.

A renglón seguido, comentó que hay aldeas en donde familias enteras reciben remesas y solo las usan para comprar el 'churro', bebidas gaseosas, recargas y otros artículos que se venden en las pulperías. Más bien deberían servir para invertirlas en la producción local y que sirvan para generar empleo.

“La gente sigue esperándolas para gastarlas y no para invertirlas, pero para eso se necesitan políticas, para retener las remesas y que genere un efecto multiplicador. Hay que darles un uso productivo”, comentó Perdomo.

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