En su última declaración ante medios de comunicación, el dirigente de taxis Rony Figueroa, asesinado el jueves frente a su casa, aseguró que ya no le tenía miedo a la muerte porque sabía que lo iban a matar "por no seguir pagando el impuesto de guerra".

"Sabemos que nos van a matar, ya perdimos el miedo porque ya no podemos más, esta estructura criminal tiene de rodillas al pueblo hondureño”, expresó en ese entonces.

En su declaración, brindada el pasado 7 de febrero de 2020, Figueroa alertaba a las autoridades de la Fuerza Nacional Antimaras y Pandillas sobre el cierre de puntos de taxis por el cobro de la extorsión, además de amenazas en su contra por parte de la estructura criminal MS-13.

En ese momento reconoció el trabajo de la FNAMP, sin embargo, pedía mayor presión para capturar a los extorsionadores.

Reiteró en su momento que “nosotros no le tenemos miedo a estos delincuentes, ya los tenemos identificados, pero sabemos que nos van a matar, estos delincuentes, extorsionadores no se miden, son millones y millones de lempiras los que reciben, pedimos seguridad”.

Seguidamente dijo que “estamos al borde de irnos a la quiebra, solo le pagamos a la MS-13 de la colonia 3 de Mayo, cómo van a venir a cobrar aquí, que no son ni de este sector”.

Figueroa era el vicepresidente de la Asociación de Taxistas de Honduras (Ataxis) y fue ejecutado la noche del jueves por desconocidos con armas automáticas en el barrio Buenos Aires de Tegucigalpa, capital de Honduras. Hoy sus restos son velados en la Iglesia Católica de la colonia 15 de Septiembre.