Tres "líneas torcidas" caracterizan el sistema de impuestos de Honduras: La presión tributaria es insuficiente para suplir la voracidad del Estado, la base es reducida y su orientación es regresiva.

Un informe del Foro Social de la Deuda Externa (Fosdeh) concluye que el aparato impositivo tiene muchas debilidades que agudizan la desigualdad económica y social.

Se destacan entre tales flaquezas la presión fiscal que resulta muy limitada para generar los recursos que necesita el Estado. En Honduras este indicador es del 18 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), una de las más altas en el área.

Pero no alcanza para hacerle frente a la demandas de la sociedad, particularmente porque el Gobierno mantiene políticas que fomentan la desigualdad, impunidad frente a la corrupción, evasión fiscal e ineficiencia en la inversión pública, reza un análisis del Fosdeh.

Los entendidos en economía apuntan, asimismo, que el sistema tributario hondureño no responde al principio de equidad. Los recursos tienen su origen en pocos impuestos, entre ellos, los aduaneros y los aplicados a ventas.

Uno de los cuestionamientos es que en el país prevalece un modelo en el cual quienes reciben más, pagan menos; y los que captan menos, son los que tienen más carga fiscal.

Los investigadores del Fosdeh manifiestan que los tributos generalizados sobre el consumo, los derivados de aranceles e instrumentos aduaneros y otros relacionados, recaen sobre sectores de la población sometidos a fuerte control en sus ingresos.

Igualmente se considera que el modelo tributario de Honduras es volátil, débil en su estructura y afectado por una "evasión tolerada" y saturado por privilegios fiscales que impiden una recaudación equitativa y un equilibrio macro y micro económico.

En el estudio denominado "Agotamiento del Régimen Fiscal en Honduras" elaborado por el Foro Social de la Deuda Externa se enfatiza en que las reglas de juego del mercado hondureño no están orientadas a propiciar economías de competencia con exigencias y derechos iguales para todos.

Esta caracteriza deriva en un sistema tributario regresivo y contradictorio que pone en segundo plano a los segmentos de menores ingresos.

El mayor aporte a las arcas nacionales provendrá el Impuesto sobre la Producción, el Consumo y Ventas, estimado en 48,300 millones de lempiras.

La aplicación del impuesto del 15 por ciento tendrá un rendimiento de 42 mil millones de lempiras y el tributo del 18 por ciento representará un ingreso de 2,100 millones.

Por el lado del Impuesto sobre la Renta, la captación durante 2020 llegará a 37 mil millones de lempiras. De esta suma, mil millones serán aportados por personas naturales y 6,900 millones por las jurídicas.

Los pagos a cuenta tendrán una participación de 11,700 millones de lempiras y la retención en la fuente será de alrededor de 5,500 millones de lempiras.

Los impuestos sobre la Renta y sobre Ventas constituyen casi el 80 por ciento de los ingresos tributarios proyectados para el presente período fiscal por una suma total que ronda los 110 mil millones.