La mayoría de la población de Honduras sigue viviendo en condiciones de precariedad, pese a todos los programas asistenciales puestos en vigencia.
Se estima que cada año, se ha destinado un promedio de 24,000 millones de lempiras para la finalidad de reducir los niveles de pobreza en el país.
Un informe del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), basado en indicadores del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), destaca que el 59 por ciento de los hogares viven en pobreza.
El documento agrega que el 37 por ciento sobreviven en la pobreza extrema. El Distrito Central, en Francisco Morazán, y San Pedro Sula, Cortés, registran un nivel de pobreza de 44 por ciento, mientras en la zona rural este indicador sube a 68 por ciento.
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Uno de los factores que más ejercen presión sobre la desigualdad social en el país es la falta de empleo. En el país, siete millones de personas están en edad para trabajar. De esta masa, cuatro millones están activas.
Se sabe que la Población Económicamente Activa de Honduras está compuesta por 3.9 millones de compatriotas ocupados y más de 240,000 que no lo están.
De los hondureños ocupados, un millón 900,000 son asalariados en los sectores privado, público y doméstico. Otros dos millones de personas son "no asalariadas"; es decir, trabajan por cuenta propia o en negocios familiares no remunerados.
En la categoría de los desocupados, el informe de la empresa privada subraya que la mayoría, 185,000, pertenecen a las áreas urbanas y cerca de 56.000 están en las zonas rurales.
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El alto porcentaje de subempleo continúa siendo el principal problema del mercado de trabajo en Honduras. Las cifras hacen énfasis en que dos millones de hondureños presentan problemas de empleo.
